Fotografías: Roberto Ornelas
Diseño de portada: Rogelio Delgado
Nacido en Quilmes, Argentina, Diego Tomasino (pronombres él/elle) inició su carrera en la industria de la consultoría financiera hace más de 10 años. Su pasión por la consultoría le llevó a consolidar una notable trayectoria en la que ha liderado diversos proyectos en países de Latinoamérica, como Pride Conection Panamá. Además, ha sido profesor adjunto de la Universidad de Buenos Aires. También es autor de los libros “Come Out! Las empresas también tienen que salir del clóset” (2020) y “La Universidad fuera del clóset” (2023), obras con las que invita a romper paradigmas y reflexionar sobre el valor de las personas en los equipos de trabajo.
¿Qué podemos entender por diversidad y por inclusión en las empresas?
Diversidad básicamente es entender que las empresas están formadas por diferentes tipos de personas, que cada persona es única, digamos, aquello que cada persona aporta a la empresa. En cambio, la inclusión, es cómo esas personas se sienten dentro de la empresa.
Ahora bien, no alcanza solo con traer diferentes perfiles, sino que las empresas generen el sentido de pertenencia. Que la gente se sienta cómoda, que pueda apreciar su autenticidad. Casi no hablamos de inclusión, porque a veces con la palabra inclusión estamos excluyendo. Por eso son importantes los esfuerzos que hacen las empresas para generar el valor de la equidad y el sentimiento de pertenencia.
¿Qué ocurrió primero, el activismo o la consultoría hacia las empresas?
Bueno, en realidad yo ya había iniciado con el coaching. Me certifiqué como coach de vida alrededor de 2014. Recuerdo que, durante uno de los ejercicios de la certificación, el coach que nos entrenaba nos pidió que hiciéramos un plan de acción basado en cómo nos veíamos en 10 años. Casi inconscientemente, me visualicé trabajando en consultoría de diversidad e inclusión, aunque en ese momento no tenía claro lo que era exactamente.
Me di cuenta de que lo primero que debía hacer era ser activista y entender qué es la comunidad LGBTQ+. No solo por identificarme como hombre gay, significa que sé todas las necesidades de mi comunidad.
¿Qué fue lo que te llevó a decidir convertir esta faceta personal en tu profesión?
Qué buena pregunta. Creo que lo que me sacó de mi zona de confort fue cuando me casé rompí un poco el esquema. Yo estaba en una firma contable, todavía estaba bastante en el clóset, aunque bueno, mi equipo de trabajo ya lo sabía, obviamente los clientes más fieles también. Pero en ese momento en el que me casé y quise postear en redes sociales una foto de mi casamiento tuve miedo, sentí ese frío que me corría por la espalda de hacer públicamente la salida del clóset.
En se momento pensaba: “¿Qué va a pasar con todo lo que ya venía construyendo en mi trayectoria laboral en Panamá?». Cuando posteo la foto hubo de todo, comentarios buenos, comentarios malos de gente equis a mi vida, pero también la gente que me conocía me decía “Qué bien, felicidades”, como que no pasó nada, el hecho de ser gay no me afectó en el negocio como tal. Ahí fue que dije no quiero que nadie más pase por una situación similar y me dediqué a mostrarme públicamente y, sobre todo, a mostrar que el hecho de ser parte de la comunidad LGBTQ+ no significa que seas mejor o peor profesional, una cosa no va de la otra.
En tu sitio web mencionas una frase como tu carta de presentación que dice “lograr cerrar esa brecha invisible entre la sexualidad y el éxito laboral se ha convertido en mi pasión” ¿A qué te refieres exactamente y cuál es la importancia de considerar esto en los entornos laborales?
Creo que viene principalmente por los prejuicios que se manejan todavía en el ámbito laboral, especialmente en Latinoamérica. Existen estereotipos y burlas que siguen presentes en la jerga del día a día, con expresiones como “corres como una nena” o “los hombres no lloran”. Estas palabras y frases tienen una carga de significado peyorativo o negativo, que se usa de manera inconsciente sin darnos cuenta del impacto que tienen.
Es crucial trabajar para cambiar esto y demostrar que nuestro género, identidad y sexualidad no tienen nada que ver con nuestras capacidades profesionales. Algo fundamental es ser auténtico, poder explotar nuestro talento de todas formas y llevarlo a otro nivel. La única forma de ser un gran profesional es ser 100% vos y llevar todo eso que vos aportás, que te hace una persona única en tu lugar de trabajo.
¿Cómo fue la decisión de plasmar tus ideas y experiencia en un libro?
La idea surgió alrededor de 2018, mientras hacía una maestría en coaching ejecutivo. Para mi tesis decidí explorar cómo aplicar el coaching a temas de diversidad e inclusión. Durante el proceso de investigación y análisis me surgió la idea de escribir un libro. Ya tenía una visión clara de cómo quería estructurarlo, incluyendo los capítulos, pero como soy una persona bastante inquieta, me faltaba tiempo.
Cuando comenzó la pandemia, literalmente el sábado cuando nos encerraron por el confinamiento, empecé a escribir.
La investigación tomó mucho tiempo, ya que había muy poco material en español sobre estos temas. Encontré información sobre lo que hacían las empresas en Estados Unidos y Europa, pero en Latinoamérica, Asia y África, había muy poco. Así que me dediqué a investigar, traducir, mezclar y comprender toda esa información. Finalmente, el libro surgió y me llevó aproximadamente tres meses escribirlo.
¿En quiénes pensabas cuando escribías estos libros?
El objetivo era llegar a la gerencia media y a los altos mandos de las empresas; básicamente, era un libro de management. Me di cuenta de que me estaba enfocando mucho en la idea de la típica frase de «salir del clóset», cuando en realidad era algo mucho más amplio, se trataba de salir del clóset desde tu autenticidad y llevar esa autenticidad al lugar de trabajo.
A medida que avanzaba con el libro y comenzaba a compartir mi trabajo en redes sociales, me di cuenta de que mi audiencia principal eran jóvenes profesionales. Muchos me escribían diciendo: «Diego, soy abogado y no sé cómo salir del clóset. Creo que nunca voy a poder hacerlo”. —También recibí mensajes de madres diciéndome: “Creo que mi hijo es gay. ¿Qué hago?”. Y de personas aliadas que no sabían cómo abordar el tema con sus colegas o amigos.
Para definir mejor mi público, decidí incluir historias de personas exitosas en diferentes ámbitos de la vida, no solo en empresas, sino también en teatro, deporte y medicina que hubieran salido del clóset. Estas historias empoderan mucho a la gente, permiten a los lectores identificarse con ellas.
¿Cómo fue la experiencia de participar como profesor en el ITESO?
Me encantó la experiencia porque había dado clases anteriormente en la Universidad de Buenos Aires sobre administración y organización y, aunque conocía bien el tema, hacía tiempo que no ejercía docencia formal.
Los estudiantes se mostraron muy interesados y participativos. Mi objetivo era fomentar el debate y la comprensión de estos temas, ya que implica tener conversaciones difíciles a las que no estamos acostumbrados y entender diferentes puntos de vista, lo cual es esencial para trabajar la diversidad.
Hablamos de la importancia de la comunicación y el uso del lenguaje inclusivo, entendiendo que no se trata solo de usar la «e», sino de reducir el uso del masculino genérico. También discutimos cómo representar visualmente la diversidad y evitar el pinkwashing o rainbow washing, destacando la necesidad de un compromiso genuino con la inclusión durante todo el año, no solo en fechas específicas.
Fue una experiencia enriquecedora, con estudiantes de diferentes carreras como Finanzas, Mercadotecnia, Administración y Recursos Humanos.
¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje significativo que te ha dejado trabajar en temas de diversidad?
Conocer gente tan diferente y salir de mi zona de confort todo el tiempo. Como decía al principio, a veces uno piensa que solo por el hecho de pertenecer a una letra, una categoría o una etiqueta, ya sabe todo. Uno de los mayores desafíos en ese momento fue conectar con mi comunidad desde sus diferentes necesidades. Esto me ayudó a entender mis privilegios.
Ese fue el aprendizaje, convertirme en voz de la comunidad y tratar de romper todas las barreras posibles de diferentes formas, desde la educación, el activismo, abriendo todas las aristas posibles y no solo desde lo visual en mis redes, sino también en la calle.
Aunque el cambio pueda ser lento o en ocasiones frustrante, cada paso hacia una mayor empatía y comprensión de las necesidades de las demás personas es un logro significativo. Con testimonios como el de Diego Tomasino, se demuestra que la inclusión y la diversidad son fundamentales para el éxito y bienestar de una organización.
Puedes conocer más sobre el trabajo de Diego Tomasino en sus redes: