El camino hacia ciudades más sustentables 

En un estudio liderado por la investigadora Emma Morales se analiza el impacto de la expansión urbana y cómo la falta de planeación adecuada en el Área Metropolitana de Guadalajara ha generado barreras socioeconómicas bastante claras.

En la actualidad, las grandes ciudades han experimentado una expansión significativa hacia zonas que anteriormente eran inaccesibles. Este fenómeno se debe, en gran parte, al crecimiento de la densidad poblacional en México que, según datos del INEGI, se ha multiplicado por cuatro en los últimos 70 años.  

Además, de acuerdo con Emma Morales, académica del ITESO y experta en planeación urbana, la necesidad de vivienda no se ha cubierto de manera adecuada, ya que muchos de los desarrollos habitacionales actuales en el Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) fueron construidos pensando en intereses comerciales más que en las necesidades reales de sus habitantes. 

Sumado a esto, la expansión ha generado un aumento en la fragmentación urbana, un fenómeno en el que las ciudades se dividen en áreas cerradas, como cotos, que separan a las personas según su nivel socioeconómico y dificultan la integración social. 

En el caso de Guadalajara, estas barreras físicas y sociales limitan el acceso a servicios y dificultan que los habitantes conozcan y comprendan el resto de la ciudad, creando una percepción limitada de su entorno. 

Foto: Wikimedia Commons / holachetumal

La falta de planeación urbana adecuada y el desarrollo de viviendas en zonas desconectadas del resto de la ciudad han agravado la desigualdad.  

Este tipo de fragmentación también responde a problemas estructurales, como la falta de seguimiento a proyectos habitacionales y la dificultad para acceder a información confiable, lo que complica la implementación de soluciones efectivas. Por ello, es fundamental analizar y replantear el modelo de crecimiento urbano para construir ciudades más equitativas e integradas. 

Ciudades más equitativas 

El proyecto liderado por Emma Morales, académica del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO, es parte de una iniciativa interinstitucional en la que colaboran universidades como la IBERO Puebla, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Stanford. La iniciativa se centra en el análisis del hábitat y la sustentabilidad en las ciudades.  

De acuerdo con la académica, su trabajo se enfoca en estudiar cómo los patrones de crecimiento urbano han impactado la calidad de vida, la equidad socioespacial y la integración social en zonas metropolitanas como la de Guadalajara. 

Este proyecto tiene sus raíces en la experiencia previa de Emma Morales en la IBERO Puebla, donde participó en programas de posgrado relacionados con estudios de la ciudad, el diseño urbano y la equidad socio-territorial. Posteriormente, al incorporarse al ITESO, asumió la coordinación del Doctorado en Hábitat y Sustentabilidad, cuyo objetivo es generar conocimiento y propuestas para enfrentar los desafíos de las ciudades modernas, como la fragmentación urbana, el acceso desigual a la información y la sostenibilidad en los desarrollos habitacionales. 

Emma Morales académica del ITESO / Foto: Roberto Ornelas

El proyecto involucra a una diversidad de participantes, tanto del ITESO como de otras universidades jesuitas, que aportan sus conocimientos en áreas como la arquitectura, la planeación urbana, el diseño y las ciencias sociales.  

Por su parte, los estudiantes de ITESO juegan un rol clave en la investigación, sobre todo en la fase de trabajo de campo. Participan activamente en la realización de entrevistas, observaciones y análisis en diversas zonas del AMG. Su involucramiento comienza desde la etapa de recolección de datos, cuando se les asignan tareas específicas para estudiar los patrones urbanos y las condiciones de vida en áreas representativas de la segregación socioeconómica y los desafíos habitacionales. 

«A pesar de los retos logísticos y sociales que enfrentamos, como el acceso restringido a ciertas zonas y la fragmentación socioeconómica, buscamos proponer soluciones que promuevan una ciudad más integrada y equitativa», mencionó la investigadora. 

A medida que avanzan las investigaciones, los estudiantes también se encargan de elaborar propuestas y soluciones basadas en los datos obtenidos, al trabajar en colaboración con los investigadores y profesores del proyecto. 

Esta participación les permite integrar teorías académicas con la realidad del terreno, al mismo tiempo que les proporciona una experiencia práctica en el campo de la planeación urbana y el desarrollo sostenible. A lo largo del proceso, los estudiantes se convierten en agentes activos de cambio, contribuyendo a la creación de estrategias que buscan una ciudad más equitativa y sostenible. 

Este enfoque colaborativo, que incluye tanto a investigadores experimentados como a estudiantes en formación, fortalece el proyecto al integrar diversas perspectivas y experiencias, lo cual es fundamental para abordar los complejos retos urbanos que enfrentan las grandes ciudades mexicanas. 

¿Qué sigue después?   

Una de las principales conclusiones de la investigación es que la expansión hacia áreas anteriormente inaccesibles no ha estado acompañada de una planeación urbana efectiva, lo que ha contribuido a la creación de «guetos» urbanos, cotos o barrios cerrados, que limitan la interacción entre distintos grupos socioeconómicos y dificultan la integración social. Además, el proyecto ha identificado que la falta de información confiable y la escasa coordinación en los proyectos habitacionales han sido factores clave en el empeoramiento de la fragmentación urbana. 

A través de este análisis, el proyecto busca proponer soluciones y nuevas estrategias de planeación urbana que fomenten ciudades más inclusivas y sostenibles. La investigación también ha permitido descubrir nuevas formas de colaboración interinstitucional, con la participación activa de estudiantes y académicos de universidades como la IBERO Puebla, la Universidad de Edimburgo y la Universidad de Stanford. Este enfoque no solo ha permitido un análisis más integral y multidisciplinario, sino que también ha empoderado a los estudiantes para convertirse en agentes activos de cambio en el diseño de una ciudad más equitativa.