Por Equipo CAXA
Neurodivergencia en una universidad incluyente
En el ITESO, entendemos la excelencia académica como un equilibrio entre el desarrollo personal y profesional, y reconocemos que no todas las personas aprenden de la misma forma ni al mismo ritmo. Desde esta perspectiva, las neurodivergencias —como el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)— no se abordan únicamente desde un enfoque clínico, sino también desde la escucha activa, la comprensión del contexto y el acompañamiento académico.
Muchas de las manifestaciones que solemos llamar como “trastornos” también pueden ser respuestas adaptativas al entorno. Comprender las historias de vida detrás de cada estudiante puede transformar nuestra manera de acompañar sus procesos. Por eso, desde CAXA impulsamos el Programa Aprendiz, una iniciativa desarrollada por el profesor Germán Ríos Morfín, que pone en el centro las trayectorias, desafíos y potencialidades de estudiantes con estilos de aprendizaje diversos, en el marco de un modelo universitario que busca ser cada vez más incluyente.
¿Qué es el TDAH?
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) suele asociarse con la infancia, pero también afecta a personas adultas. Se estima que entre el 2.5% y el 3.5% de la población adulta lo presenta, y que al menos la mitad de quienes fueron diagnosticados en la niñez seguirán experimentando síntomas en la edad adulta. Lejos de desaparecer con los años, el TDAH puede transformarse y manifestarse de nuevas formas, muchas veces invisibles en el ámbito universitario.
Más allá de sus posibles causas genéticas o neurológicas, es importante ampliar la perspectiva para considerar también los factores psicosociales que influyen en el comportamiento y la atención. Comprender el TDAH requiere mirar más allá del cerebro: implica atender la historia de vida, las relaciones personales y el entorno emocional de cada persona.
¿Cómo se ve? Señales en el aula
En el entorno universitario, el TDAH puede pasar desapercibido. Sin embargo, hay ciertos indicadores que podrían llamar tu atención como docente:
- Dificultad constante para concentrarse durante clase o al realizar tareas.
- Olvidos frecuentes, ya sea de entregas, instrucciones o materiales.
- Impulsividad al participar o al tomar decisiones académicas.
- Inquietud motriz o gestual, incluso en contextos donde se espera quietud.
- Frustración recurrente al no alcanzar metas, a pesar del esfuerzo.
Es importante subrayar que estos signos, por sí solos, no son suficientes para establecer un diagnóstico, y tampoco indican necesariamente la presencia de TDAH. Más bien, son una invitación a mirar con mayor atención y sensibilidad a cada estudiante en su singularidad.
¿Qué hace el ITESO?
El Programa Aprendiz de CAXA es una iniciativa del ITESO orientada a acompañar a estudiantes que viven procesos de aprendizaje diversos, incluidos aquellos relacionados con la neurodivergencia. Ante diagnósticos como el TDAH, el enfoque del programa prioriza la comprensión en lugar de recurrir a etiquetas desde una mirada clínica o reduccionista, reconociendo las condiciones personales, sociales y académicas que inciden en el desempeño estudiantil.
El objetivo es favorecer la autorregulación, promover entornos accesibles y ofrecer acompañamientos personalizados que respeten la autonomía del estudiante.
Identificar el nivel de autonomía del estudiante
No todos los estudiantes requieren el mismo tipo de acompañamiento. Por eso, una de las claves para los docentes y el personal universitario es identificar en qué momento se encuentra el estudiante en términos de su autonomía:
¿Puede organizarse solo o requiere apoyo para estructurar su tiempo y actividades? ¿Reconoce sus dificultades o tiende a culparse o evitarlas? ¿Busca ayuda activamente o espera a que alguien intervenga?
Responder a estas preguntas permite ajustar el acompañamiento de manera sensible y respetuosa, reconociendo la singularidad de cada trayectoria, lo que evita tanto la sobreprotección como el abandono.
¿Cómo acompañar desde tu rol docente?
No se espera que como docente realices diagnósticos ni que tengas todas las respuestas. Tu rol consiste en abrir caminos, ofrecer alternativas y estar atento a señales que puedan requerir un acompañamiento más especializado. Estas son algunas acciones concretas que puedes implementar:
- Generar espacios seguros para el error y la retroalimentación.
- Ser flexible en las formas de evaluación, sin perder el rigor académico.
- Validar y respetar la diversidad de estilos de aprendizaje.
- Establecer acuerdos claros y reforzarlos con recordatorios periódicos.
- Escuchar con atención cuando un estudiante exprese frustración o cansancio.
Consejos prácticos para mejorar la atención
A continuación, te presentamos algunas estrategias que pueden aplicarse en cualquier aula y beneficiar tanto a estudiantes con diagnóstico como a quienes no lo tienen:
- Divide las instrucciones complejas en pasos simples y secuenciales.
- Usa recordatorios visuales o escritos para fechas y tareas clave.
- Alterna momentos de exposición con actividades dinámicas o participativas.
- Reitera los conceptos fundamentales varias veces a lo largo de la clase.
- Reconoce y valida el esfuerzo, no solo el resultado final.
Acompañar también es acompañarse
En el marco del Programa Aprendiz, entendemos el TDAH no solo como una condición neurológica, sino como una experiencia situada en ámbitos familiares, escolares, sociales y emocionales. Más que enfocarnos en los síntomas, nos interesa comprender las historias detrás de cada estudiante.
Estamos aquí para acompañarte a ti y a tu estudiante, escuchando y reflexionando juntos, y construyendo estrategias viables. No necesitas tener todas las respuestas: acompañar también es reconocer cuándo pedir acompañamiento.
Sobre este texto
Este texto se redactó a partir de la información recabada en entrevista con Germán Ríos Morfín, encargado y creador del Programa Aprendiz.