“Acorde con la pedagogía ignaciana, se invita al estudiante a involucrarse, experimentar diferentes situaciones y actividades de la propia universidad, como una forma de conocerla, saber más de su dinámica, pero también de ir descubriendo su propia persona, actitudes, reacciones frente a las experiencias… aprender de lo vivido, compartiendo con otros, aprendiendo también de sus experiencias”.
Ahonda que “se trata de actividades extracurriculares formales de la universidad pero también de situaciones de la vida cotidiana de la misma, del encuentro con otros miembros de la comunidad, con diferentes roles”. Y señala que se plantea también el propósito de que el estudiante decida participar en otras actividades extracurriculares formales.
Para dar contexto, María Eugenia expone el concepto de Proyecto Universitario Personal (PRUP):
“Es una materia curricular del programa de Ingeniería Industrial. Es de primer semestre, en esta experiencia participaron 16 alumnos. El propósito de la materia es que el estudiante conozca más de su carrera, de la filosofía de la universidad, las oportunidades que puede brindar para obtener una formación integral y la orientación que se le da a la carrera seleccionada. Implica obtener información más detallada de la licenciatura elegida para confirmar la elección o bien redirigirla; tener en cuenta la parte de desarrollo personal y planear para aprovechar.
PRUP es también un espacio de reflexión y revisión del trayecto personal, es conocimiento de sí mismo. De hecho, la experiencia se enmarca en una actividad denominada “Conociéndome como itesiano”, que originalmente consistía en invitar a distintas instancias de la universidad a la clase para compartir sus actividades y programas, para que los estudiantes tuvieran conocimiento de ellas y se animaran a participar en alguna. Justo aquí se plantea hacerlo diferente, pues contar con información muchas veces no es suficiente para conocer, y decidirse a participar.
Para compartir su experiencia los estudiantes realizaban ‘algo físico’ (un video, un álbum de fotos) que se presentaba en las últimas sesiones. Si bien el producto fue rico en múltiples casos, resultaba poco útil para generarun intercambio más enriquecedor entre los estudiantes, limitaba la posibilidad de aprender unos de otros, de acercarse a experiencias que les parecieran significativas, realizadas por sus compañeros. La experiencia sigue aún en proceso, se plantean nuevos elementos para las actividades.
¿Qué se hizo?
- Se cambia la presentación de las actividades extracurriculares formales en el aula por la vivencia de las mismas.
- Cada estudiante debe realizar 12 experiencias extracurriculares en el marco de la vida institucional (una por semana), aunque pueden hacer más.
- Ahora se incluyen no solo las actividades extracurriculares formales (clases de yoga, acondicionamiento físico en el gimnasio, voluntariado, etc…), pueden ser actividades de cualquier índole, como deportivas, artísticas, culturales, sociales, de servicios, ambientales, etc. No se les proporciona una lista para elegir, es parte de la actividad hacer la búsqueda, aunque sí hay un acercamiento a qué existen. Tanto a través de las sesiones en aula como del material del curso, se sugieren otras experiencias que a pesar de su sencillez son significativas como platicar con personal de servicio, sentarse a comer con una persona que no conocen: “Haz algo que nunca harías (cantar en el salón, bailar en los pasillos…)”, o no hablar con nadie todo un día….
- En vez de presentar “un producto” al final del curso, las experiencias fueron compartidas en redes sociales (Instagram, la más utilizada) para que otros aprendan de esto y conozcan lo que otros experimentan. Para cada evento se debe de incluir, al menos: el nombre, fecha y hora, una selfie en el lugar y una reflexión (qué te gusto o no, qué aprendiste, lo volverías a hacer, qué capacidades y habilidades te puede ayudar a fortalecer, etcétera).
- La profesora visita las redes sociales donde los estudiantes van compartiendo sus evidencias, deja algunos comentarios a quienes comparten, sugiriendo acciones o puntos para la reflexión.
- En las sesiones aula se daba espacio para comentarios entre ellos o preguntas, resaltar algo significativo de la experiencia. En ocasiones se logró una reflexión más formal, profunda.
- Dos veces al semestre se hace una recapitulación con la intención de identificar actividades que no son de índole experimental. Aunque en las revisiones hay comentarios sobre las experiencias y espacios que se comparten, algunos muestran su interés por conocer lo que otros van experimentando y preguntan por tal experiencia o por cómo participar en ella.
Sobre los resultados, dice:
Desde lo observado por la profesora:
- El resultado fue positivo, aunque al principio algunos estudiantes no le veían la relevancia a la actividad, se dieron cuenta que gracias a realizarla fueron conociendo mucho mejor al ITESO de lo que lo hubieran hecho sinhaber realizado la actividad, o incluso si se les hubiera pedido información de las actividades.
- Interacción entre ellos (algunos) en las redes sociales, en particular en Instagram se empezaron a seguir entre sí y publicar pequeños comentarios.
- Se cumplió el objetivo de la actividad: experimentar no documentar, para decidir si es conveniente participar en un futuro, lo cual favorece (creemos) una vida universitaria mucho más completa.
- Para los estudiantes que trabajan laboralmente fue un poco complicado realizar la actividad, ya que no tenían suficiente tiempo para explorar alguna experiencia extracurricular.
- Quedó en evidencia que la revisión de la experiencia (como parte fundamental de la pedagogía ignaciana), requiere de una estrategia más definida que les permita recuperar más y aprender más.
Los materiales y recursos utilizados fueron: Plataforma CANVAS, diseño y materiales dispuestos en la misma, así como Instagram y Twitter (ellos decidieron).