El pasado 1 de julio, la Dirección General Académica a través de la Dirección de Investigación y Posgrado (DIP) dio a conocer los seis proyectos ganadores del Fondo de Apoyo a la Investigación 2022.
Con la intención que la investigación mantenga su enfoque horizontal al participar con otras instancias e interlocutores sociales, participan 32 académicos del ITESO y 29 colaboradores de instituciones externas, buscando siempre el beneficio mutuo al impulsar proyectos de alto impacto.
Este año se otorgó el apoyo a cuatro proyectos de investigación y dos trabajos de obtención de grado, destacados por su vinculación con otras organizaciones, su trabajo interdisciplinario y su alta incidencia social al procurar la mejora en las condiciones de vida de poblaciones vulnerables, como adultos mayores, mujeres y niños.
«El FAI busca afianzar un modo muy distintivo de hacer investigación en nuestra universidad, de manera grupal, interdisciplinaria, con interlocución social y con participación de otras instancias y alumnos», destaca Christopher Estrada, coordinador de Investigación de la DIP.
Entre los proyectos ganadores de este año, se incluye el diseño de un sistema estructural de bambú para mejoramiento de espacios públicos en la comunidad de Chiquilistlán, Jalisco; una propuesta que busca reducir el número de contaminantes residuales en la producción del Tequila; y un estudio que analiza los desafíos a los que se enfrentan los adultos mayores en sus viviendas, para proponer alternativas que mejoren sus condiciones de vida.
Desde su creación en 2016, el FAI ha apoyado a más de 32 proyectos de investigación y ocho Trabajos de Obtención de Grado (conocidos como TOG), caracterizándose por su interés aquellos que contribuyan a la comprensión de problemáticas sociales y presenten propuestas alternativas. Una particularidad del proceso de selección de los proyectos ganadores es que el Comité de Evaluación cambia anualmente, buscando que esté conformado por profesores con experiencia en investigación y que no estén involucrados en alguno de los proyectos que participan, para así garantizar la imparcialidad y objetividad en la selección. Por ello, una vez recibidas las propuestas, es labor del Comité Académico del Consejo Universitario elegir a los profesores que integrarán el Comité de Evaluación, quienes deberán revisar las propuestas y deliberar cuáles serán las ganadoras. Además, todos los proyectos de investigación que concursaron reciben un dictamen detallado con retroalimentación, observaciones y áreas de mejora, explicando el porqué de los resultados y procurando que los proyectos puedan enriquecer su metodología. «Cuidamos mucho que haya mucha transparencia en las razones que conducen a una decisión», señala el coordinador, maestro en Comunicación de la Ciencia y la Cultura.
Además, un distintivo de esta edición fue la incorporación de un miembro de la Comisión de Ética en la Investigación. La idea es que los dictámenes a los proyectos incluyan observaciones directamente relacionadas con los asuntos éticos del proyecto, como procurar el cuidado de las personas, evitar conflictos de interés, atención al resguardo de información y privacidad, etc. «En esta ocasión tuvo mucho éxito, se hizo muy bien ese trabajo y se planea que a partir de ahora sea mantenga así», explica Christopher.
Cambios en el FAI
A lo largo de sus seis años, el FAI se ha adecuado a las necesidades y áreas de mejora detectadas. Ejemplo de ello es la ampliación de sus categorías, ya que inicialmente se tenía una categoría única en la que entraba cualquier investigación que cumpliera los requisitos. Tras darse cuenta de que entre los participantes había diferencias de experiencia y recursos, a partir del segundo año la convocatoria se dividió por Equipos de investigación consolidados y Equipos de investigación en proceso de consolidación, con el fin de equilibrar la competencia y garantizar igualdad de condiciones.
Posteriormente, se añadió la categoría para los Trabajos de Obtención de Grado, inicialmente destinado a tesis y posteriormente extendido a otras propuestas que mantuvieran una estructura y enfoque orientados a la investigación. Esto ha permitido que otros proyectos con énfasis en generación de conocimiento sean beneficiados.
El FAI busca adaptarse a nuevas necesidades y mantenerse en una constante evolución, ampliando la gama de problemáticas y disciplinas como las áreas de salud, nutrición, nanotecnología; y, de ser posible, aumentar el fondo de recursos. Así, el Fondo de Apoyo a la Investigación continúa representando la apuesta de la universidad por realizar investigación ética, con impacto social y bajo el interés de la generación de nuevos conocimientos.
