El Poder Judicial bajo ataque. La reforma que socavó su independencia 

Este comentario examina cómo la reforma judicial de 2024, pese a ser planteada como un esfuerzo por mejorar la eficiencia y accesibilidad del sistema de justicia, generó cuestionamientos sobre la independencia del Poder Judicial y el equilibrio de poderes en México.

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Foto de portada: INE | Urnas y boletas de la primera elección del poder judicial realizada el 1 de junio. Modelo de Casilla Seccional en Baja California Sur. 

Por Azul A. Aguiar Aguilar
Profesora del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos  

El informe “La independencia judicial en jaque. Ataques al poder judicial en el sexenio 2018- 2024 en México”, publicado por la Fundación para la Justicia se da cuenta del proceso y los mecanismos que permitieron la captura del Poder Judicial Federal. La reforma judicial aprobada en 2024 marcó un antes y un después en el sistema judicial en México. Si bien se argumentó que la reforma buscaba una mayor eficiencia y un sistema de justicia más accesible y democrático, los ataques al Poder Judicial desde el Ejecutivo y Legislativo tuvieron una finalidad más preocupante: erosionar la independencia judicial.  

La reforma, que introdujo la elección popular de los jueces y un control más directo sobre sus remuneraciones y sentencias, coloca a la justicia y al régimen político en una encrucijada. ¿Es posible confiar en un sistema judicial que depende de la voluntad política del momento? ¿Puede una judicatura elegida por voto popular ser un verdadero contrapeso e impartir justicia con profesionalismo?  

Durante el sexenio 2018-2024 tanto el Ejecutivo federal como su partido en el Legislativo pusieron en marcha una estrategia retórica para deslegitimar al Poder Judicial, acusándolo de ser un “freno” al gobierno, estar al servicio de intereses creados y estar lejos de los interese de “el pueblo”. Esta retórica, sumada a un conjunto reformas constitucionales que socavan la independencia judicial, sugiere que el verdadero objetivo fue la captura política de los tribunales. Esto es, el presidente y sus aliados emprendieron una estrategia de ataques al poder judicial que prepararon el camino para una reforma constitucional de gran calado que transformó profundamente la función judicial. La reforma judicial de 2024, que destituyó a más 1600 personas juzgadoras para elegirlas por medio de votación popular, respondió en realidad a una lógica peligrosa: debilitar los contrapesos. 

En este contexto, la reforma judicial no solo cambió la forma en que operan las cortes, sino también en la manera de instalar una judicatura sujeta al control político y desmantelar los contrapesos. Hoy México se encuentra en un proceso de transición hacía un régimen de pluralismo limitado, es decir, algún tipo de autoritarismo al que pronto le veremos su rostro con mayor claridad. 

Sobre la autora

Azul Aguiar Aguilar es Profesora investigadora y Coordinadora de la Unidad Académica Básica de Política y Gestión Pública en el Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos (DESOJ). Cuenta con un Doctorado en Ciencia Política por la Universidad de Florencia. Sus líneas de investigación son instituciones y democracia.  

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