Escuelita de investigadoras: formación desde el cuidado y el afecto 

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Un grupo de profesoras y estudiantes conforman la “Escuelita de investigación”, un espacio de formación y acompañamiento que apuesta por la investigación feminista como una práctica colectiva basada en el cuidado y el afecto.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, conmemorado el 8 de maro, el equipo de Reflectir y Entre Saberes dedica este espacio para visibilizar los esfuerzos e iniciativas que estudiantes y profesoras impulsan en la búsqueda de justicia de género, tanto en la academia como en la formación de nuevas investigadoras. 

En este artículo, te invitamos a conocer sobre una propuesta formativa en investigación en la que han participado un grupo de profesoras y estudiantes. Las académicas Carmen Díaz y Susana Larios, junto con las estudiantes Ana Karen Cervantes y Nataly Nuño, reflexionan sobre el papel de las mujeres en la ciencia y la educación superior, así como los retos que enfrentan para acceder y mantenerse en el ámbito académico.

A esta iniciativa la han llamado “Escuelita de investigadoras”, un espacio diseñado para reflexionar y construir formas más inclusivas y horizontales de generar conocimiento dentro de la universidad. 

La escuelita de investigadoras 

De acuerdo con las integrantes, la “Escuelita de investigación” nació hace dos años como una respuesta a las inquietudes de Ana Karen Cervantes y Nataly Nuño, estudiantes de la carrera de Relaciones Internacionales. Durante sus primeros semestres en la carrera, ambas buscaban profundizar en metodologías que les dieran la oportunidad de experimentar nuevas formas de hacer investigación.  

Con el objetivo de resolver sus dudas y recibir orientación metodológica, decidieron acercarse a la profesora Carmen Díaz, académica del Departamento de Formación Humana del ITESO. Con el tiempo, el proyecto se consolidó gracias al acompañamiento de la profesora Susana Larios, del Departamento de Estudios Socioculturales. Desde entonces, el grupo ha sostenido sesiones de trabajo en las que discuten lecturas, comparten inquietudes e intereses y se asesoran mutuamente en sus procesos de investigación.  

Las integrantes describen la “Escuelita” como un espacio donde el conocimiento se construye de manera horizontal, a partir el reconocimiento de la experiencia y el cuidado mutuo. “Una cosa que nos importaba mucho a Susana y a mí, era que pensáramos juntas, que fuera una experiencia agradable y que las sesiones además de ser productivas abonaran a su formación”, explica Carmen Díaz. 

Desde su experiencia, Ana Karen destaca que en la investigación «se pone el cuerpo», ya que, a pesar de los retos que implica leer, discutir y escribir, el proceso también puede disfrutarse en compañía de colegas. «Desde esta perspectiva, el rigor académico no está reñido con el afecto ni con la risa, también es un proceso que se disfruta, que transforma la manera en que nos vinculamos con el conocimiento y con las personas involucradas”, expresa. 

Uno de los resultados de estas sesiones se materializó en la participación de las integrantes en el Primer Congreso Internacional: “Retos para la igualdad de las mujeres en la ciencia y la educación superior”, organizado por la Red de Ciencia, Tecnología y Género (Red CITEG). En este evento, presentaron dos ponencias en las que compartieron sus experiencias y aprendizajes en la formación para para la investigación académica.  

La primera ponencia, titulada “Formación con afectos para la investigación feminista: la escuelita de investigación”, estuvo a cargo de Ana Karen Cervantes y Nataly Nuño. En ella, reflexionaron sobre sus experiencias y el impacto que tuvo el acompañamiento de sus profesoras en su proceso de formación. También destacaron cómo la atención a sus necesidades específicas les permitió repensar las formas de hacer investigación.  

Por su parte, Carmen Díaz y Susana Larios presentaron la ponencia “Investigación feminista y acompañamiento formativo», en la que señalaron la importancia de desjerarquizar y despatriarcalizar la academia. Su intervención destacó la necesidad de impulsar investigaciones comprometidas con causas sociales y con el cuestionamiento de los roles tradicionales en la investigación.  

La Escuelita de investigación surge como una respuesta a las inquietudes de estudiantes interesadas en la investigación y se concibe como un espacio que no solo retoma las buenas prácticas que han formado a las investigadoras, sino que también reconoce los vacíos y dificultades en los procesos de formación académica.   

En su ponencia «Investigación feminista y acompañamiento formativo», Díaz Alba y Larios Murillo reflexionan sobre la necesidad de despatriarcalizar la academia. Esto implica no solo cuestionar las estructuras de poder en la investigación, sino también crear espacios donde las mujeres puedan formarse y desarrollar proyectos alineados con sus intereses y experiencias. Desde esta perspectiva, el acompañamiento formativo no es un acto de caridad, sino una apuesta política y ética que busca promover la justicia de género en la producción del conocimiento. 

Acompañarse entre investigadoras 

Al reflexionar sobre el futuro de la investigación feminista, Susana afirma: «Otras academias son posibles, nosotras podemos construir esas otras academias. Cuidarnos, acompañarnos y también acompañar a las estudiantes puede generar qué más mujeres se involucren en el proceso de investigación”.  

Por su parte, Nataly considera que “la investigación feminista es parte de un camino que han recorrido muchas mujeres antes que nosotras, y que sigue expandiéndose con cada nuevo proyecto y vínculo que se construye. Más allá de la academia, este tipo de investigación se convierte en una ‘escuelita para la vida’, un proceso de conciencia y transformación tanto personal como colectiva”. 

Los testimonios de las participantes muestran que la formación de conocimiento también puede ser un espacio de construcción comunitaria. La Escuelita de investigación es un ejemplo de cómo es posible generar espacios de confianza y cuidado que permitan a más mujeres apoyarse, avanzar en sus proyectos y, al mismo tiempo, cuestionar y transformar la realidad.