«¿Por qué y para qué una agenda?» fue la pregunta con la que el doctor en Ciencias Sociales, Carlos Peralta, abrió la conversación del foro «Los temas infaltables de la agenda pública» el pasado 22 de noviembre, organizado por los Posgrados Sociopolíticos y Jurídicos. El también coordinador de la maestría en Política y Analítica Públicas, respondió definiendo a la agenda como un ejercicio democrático en el que la ciudadanía puede darse un momento para reflexionar su presente, comprender cuáles son las problemáticas que inciden en su vida diaria y negociar con las autoridades sus demandas.
A partir de ello, presentó los temas propuestos por alumnos de la licenciatura en Gestión Pública y Políticas Globales. Problemáticas tan apremiantes, que los cinco minutos que dio la maestra de ceremonias, Esther Soto, a cada uno de los participantes no fueron suficientes.
Jalisco es el estado con más personas desaparecidas en México, y donde en los últimos ha sido testigo de enfrentamientos del crimen organizado en medio de espacios públicos como plazas, avenidas, restaurantes e incluso comisarías. La seguridad es un tema que no puede pasarse por alto cuando la violencia es una de las pocas cosas que no discrimina en este país.
La desigualdad económica, el desempleo, la emergencia ambiental, la falta de representación de las comunidades indígenas y los feminicidios —la forma de violencia más extrema que nos arrebata a 11 mujeres al día, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio— son temas que surgieron a partir de la opinión de organizaciones civiles.

Giovana Ríos, doctora en Ciencias Políticas y actual coordinadora de la maestría en Derechos Humanos y Paz, comenzó su turno preguntando al público: «¿es posible hablar de paz cuando se habla de militarización?». Una pregunta pertinente en un momento en el que se vive una transformación donde la Guardia Nacional ahora responde a la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) y que dotará a las fuerzas militares con las mismas facultades que la policía. Ríos señaló que existe una perspectiva de «paz militarista», una paz que sólo puede conseguirse a través del refuerzo de los cuerpos de seguridad y que deja del lado la búsqueda de soluciones a los conflictos generadores de violencia. Cabe recordar que, en un pasado no tan lejano durante la llamada Guerra contra el narcotráfico, la militarización de la seguridad pública tuvo consecuencias graves como las más de 150 mil personas asesinadas, 27 mil desapariciones y 35 mil desplazados, según datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Por su parte, el doctor Alfonso Hernández, coordinador de la Especialidad en Integridad Pública y Estrategias Anticorrupción, mencionó que no es casualidad que el tema que se coloca sobre la mesa sea la corrupción, al cual llamó un «cáncer social» que siempre se encontrará en todas las agendas del país. Muestra de ello es el informe del Índice de Estado de Derecho del World Justice Project que ubicó a México en el lugar 134 de 140 países. Lo anterior también fue parte de la agenda del presidente Andrés Manuel López Obrador durante 2018, lo cual, según el ponente, impulsó fuertemente su campaña política.

En la segunda etapa del foro los académicos se enfocaron en temas como la contaminación del agua y la necesidad de verla como un derecho vital y no como recurso. La violencia de género como una constante en todos los ámbitos de la vida de las mujeres. Y por último el actual discurso del gobierno en el que se entrelazan la integridad institucional y la personal, y como estas pueden verse reflejadas en temas de corrupción y polarización.
El evento finalizó con las preguntas de un público participativo, conformado por estudiantes de licenciatura y posgrado, profesores y externos al ITESO. Los ponentes buscaron responder a otros temas tan importantes y diversos como la educación, los medios de comunicación y el sistema penal. Temas que podrían desarrollarse en foros propios, con nuevas agendas y más preguntas.