A Francia le tomó 300 años pasar de tener una población mayoritariamente joven a una sociedad envejecida. México lo hará en 50.
Entre el censo del 2000 y del 2020, el volumen de adultos mayores incrementó de un 7.6% al 12% de la población total en México. De esta manera, dentro de 30 años, uno de cada cuatro mexicanos tendrá más de 60 años.
Para entender cómo la transición de una generación esencialmente joven a una de sesenta y más años impactará en todos los aspectos de la sociedad, conversamos en entrevista con tres académicos de la universidad, quienes analizan este fenómeno desde los estudios sociales, del hábitat y financieros.
Familia y cuidado
La Dra. Rocío Enríquez del Departamento de Estudios Socioculturales, ha trabajado por años la temática del envejecimiento desde la sociología de las emociones y el cuidado. Aspectos personales y cercanos que comienzan a trazar el mapa de retos y complejidades.
Entre sus proyectos de investigación, destaca uno de colaboración entre México, Uruguay y España sobre subjetividades, emociones, procesos de colectivización del cuidado y bienestar social en la vejez. Dicho proyecto cuenta con financiamiento del Fondo de Apoyo a la Investigación del ITESO. Además, subsidiada por CONACYT, se desarrolla la investigación «Vivienda y movilidad en las personas mayores».
«Estos 10 años nos obligan a una acción concertada, catalizadora y de colaboración para mejorar la vida de las personas mayores, de sus familias y comunidades en las que viven», enfatiza la investigadora. Además, recalca que la diversificación de los arreglos familiares son un punto clave a tomar en cuenta desde la perspectiva del cuidado en tanto responsabilidad social para la procuración del bienestar.
En conjunto, los procesos de cada proyecto abonan al análisis y comprensión de las condiciones de vida, emocionalidad y formas de organización que favorecen un bienestar social. Este tipo de estudios permite explorar referentes que pueden ser replicados en contextos distintos para llevar un envejecimiento digno según los estándares de la ONU, quien nombró a la década actual como la del envejecimiento en todo el mundo.
Ciudad y hogar
Desde el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano también se ha comenzado a trabajar la línea de envejecimiento, siendo el ITESO pionero en generar información respecto a las condiciones de vivienda en personas de la tercera edad.
«El perfil del hábitat en América Latina es diferente, y también es diferente en México y es diferente en Guadalajara. Aquí tenemos ciertos problemas que, en estudio de otros países, no están identificados», señala el Dr. Alejandro Pérez, quien forma parte del Laboratorio de Movilidad reducida y Tercera edad y es representante del ITESO dentro del programa de la ONU Ciudades amigables con el adulto mayor, desde 2018.
El proyecto en el que actualmente colabora, junto a otros investigadores como la propia Rocío Enríquez y Everardo Camacho del Departamento de Psicologia, ha comenzado a realizar cartografías especializadas. «Buscamos identificar y entender cómo es nuestro territorio en Guadalajara con relación a los puntos de interés y donde están insertados la mayor cantidad de adultos mayores», apunta el académico al explicar la etapa de diagnóstico que se realiza desde una perspectiva interdisciplinar e interdepartamental.
«Es importante que la vivienda tenga una oferta social de apoyo. El hábitat puede limitar la autonomía o apoyar al adulto mayor. También la ciudad puede limitarlo y podemos volver prematuramente dependientes a los adultos mayores», comenta. El Dr. Pérez hace un llamado a comenzar a sensibilizar a los arquitectos y volver la banqueta parte del proyecto, los entornos caminables y pensar en el ambiente comunitario del hábitat.
Financiar el envejecimiento
«La emergencia nacional de este tema es que podríamos llegar a convertirnos en una población de viejitos pobres», señala el Dr. Luis Raúl Rodríguez al mencionar que en 30 años no contaremos con un sistema de pensiones capaz de sostener a la población que está envejeciendo. A partir de esto, ha venido trabajando el proyecto «Perspectiva financiera del sistema pensionario mexicano».
Desde el Departamento de Economía, Administración y Mercadología del ITESO, se dedican a desarrollar líneas de investigación y análisis de estrategias con instrumentos financieros para incidir en la crisis, pues se trata de un problema macroeconómico que no se resuelve con una intervención pequeña. «Este tema debería de estar en el Congreso, pues entre más años nos tardemos vamos a tener un escenario muy triste para los próximos 30 años», apunta el investigador.
Dentro de la investigación que coordina, se trabajan instrumentos financieros para riesgo de longevidad, estructuras de costos para el sistema de pensiones mexicano y estudios del comportamiento de trabajadores al momento de escoger sus Afores. Además, propone un régimen en el cual la seguridad social y la salud no fueran ocupacionales, es decir, que solo por ser mexicano se tuviera acceso a estos servicios independientemente del estatus laboral.
Universidad y envejecimiento
Los académicos aquí mencionados concuerdan que el eje de envejecimiento debe ser primordial para el ITESO en sus programas académicos y en su comunidad. «Es muy importante que como universidad podamos dar una respuesta institucional hacia el envejecimiento del personal de la propia universidad, que envejece o que ya envejeció y que se encuentran jubiladas, con alternativas más diversas en las cuales puedan involucrarse y puedan seguir compartiendo a través de propuestas intergeneracionales con los jóvenes universitarios a través de un intercambio y diálogo de saberes», sostiene la Dra. Rocío Enríquez. Pensar el ITESO como universidad sustentable implica abonar a su dimensión social constantemente, que es donde entran los adultos mayores.