Por Dolores Lizalde Pulido
Coordinadora de Laboratorios DGA
A través de la experimentación, la transformación y la simulación, los laboratorios del ITESO son espacios dedicados a la generación de conocimiento, a la creación de soluciones innovadoras y al desarrollo de emprendimiento, los cuales atienden a los diversos problemas de la sociedad. Son espacios en donde los estudiantes y profesores sintetizan el proceso educativo de una simple memorización o repetición mecánica a un proceso totalmente en acción y movimiento que los invita a relacionarse y a atender lo que sucede en el entorno.
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española, la raíz etimológica de la palabra laboratorio es «laborare» (trabajar). Se define como un lugar dotado de los medios necesarios para realizar investigaciones, experimentos y trabajos de carácter científico o técnico. Sin embargo, según la necesidad de comunicación, podemos ampliar la definición de laboratorio como lugar de trabajo y experimentación para cualquier disciplina que así lo requiera.
En estos espacios la experimentación tiene un rol relevante como una actividad que acuerda la interacción entre el fenómeno a estudiar y el experimentador, ligado a un espacio o sitio determinado que comúnmente es conocido como laboratorio (Marín Quintero, 2010).
Hoy en día, la intención es que los procesos y métodos de enseñanza no solo sean llevados al diseño en las aulas, sino que va más allá, a través del diseño práctico y participativo con técnicas aplicadas desde los laboratorios. Por esto vale la pena considerar la importancia del trabajo práctico del estudiante en los laboratorios, pues de acuerdo con lo que plantea Seré (2002), se busca que pueda comprender y aprender (operaciones esencialmente intelectuales), pero también hacer y aprender a hacer (sitúan la acción y la realización).
Las prácticas de laboratorio han sido concebidas como ambientes académicos en los que se consolidan diversos aprendizajes contextualizados y significativos, hasta se podría considerar que los laboratorios son la antesala de la realidad. Sin embargo, el Modelo Educativo del ITESO se ha caracterizado por colocar a sus estudiantes en situaciones de aprendizaje precisas (acercamiento a experiencias reales de trabajo) y no en ideales; por consiguiente, los laboratorios de la universidad responden a una educación centrada en un análisis constante de la realidad y en una búsqueda de necesidades concretas (ITESO, 2003).
En los laboratorios suceden trabajos sobresalientes y trascendentales, por ejemplo, desde realizar evaluaciones sensoriales de variables ambientales que influyen en el proceso de toma de decisiones, desarrollar con nanotecnología recubrimientos antireflejantes para celdas solares a base de silicio, construir sistemas estructurales con materiales que son amigables con el medio ambiente, maquinar piezas para la creación de un biorreactor, coproducir con productoras de arte cortometrajes de animación stop motion, crear un biosensor de resonancia plasmónica para la detección del VPH, hasta realizar un mapeo cerebral y diagnóstico en personas con trastorno del espectro autista.
Para terminar, es necesario añadir que como en otros temas, la Dirección General Académica —a través de las personas que tienen a su cargo la gestión y operación de los laboratorios— ha puesto el cuidado y dedicación para que los laboratorios, como ambiente de aprendizaje situado, estén equipados, evaluados y en constante renovación. El propósito es que los profesores y estudiantes utilicen estos espacios, equipos e instrumentos de la más alta calidad; además, son dispositivos que también están empleándose en la industria.
Como dato adicional, actualmente el ITESO tiene disponibles más de 120 espacios que se denominan comúnmente como laboratorios, pero en este conteo también se consideran los talleres y salas especializadas de entrenamiento. En estos espacios los docentes aplican sus elementos pedagógicos para conducir y materializar las prácticas. Gracias a esto los estudiantes ven, manipulan, experimentan y hasta llegan a un nuevo conocimiento y explicación del objeto en estudio.
Los invito a visitar el sitio web laboratorios.iteso.mx, en donde podrán conocer y consultar los laboratorios en sus diferentes disciplinas, su equipamiento, así como los servicios que ofrecen.
Referencias:
Seré, M.G. (2002). La enseñanza en el laboratorio: ¿Qué podemos aprender en términos de conocimiento práctico y de actitudes hacia la ciencia? Enseñanza de las Ciencias: revista de investigación y experiencias didácticas, vol. 20, núm. 3, pp. 357-368.
Marín Quintero, M. (2010). El trabajo experimental en la enseñanza de la química en contexto de resolución de problemas. Revista EDUCyT, vol. 1, enero-junio, pp. 37-52.
ITESO (2003). Misión, Orientaciones Fundamentales. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente.