Un grupo de estudiantes y profesores del Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) de Integración Urbana y Vivienda Sostenible del ITESO ganó el primer lugar en el concurso internacional “Reinventing Cities”, organizado por C40 Cities con el apoyo del Ayuntamiento de Guadalajara. El objetivo del certamen fue promover la regeneración urbana a través de propuestas sostenibles e innovadoras. Los participantes, estudiantes de las carreras de Arquitectura e Ingeniería Civil, centraron su esfuerzo en el histórico barrio de Analco, una de las zonas más antiguas de Guadalajara.
El proyecto ganador, titulado “Repoblamiento y regeneración urbana integral del barrio de Analco”, plantea iniciativas para enfrentar los problemas de movilidad, calidad de vida e inseguridad en la zona. Entre sus propuestas destacan soluciones sostenibles como la construcción de viviendas de baja altura, el uso de energías alternativas y la creación de espacios públicos verdes. El equipo multidisciplinario integrado por ingenieros, arquitectos y especialistas ambientales presentó una visión integral que busca mejorar la calidad de vida de los habitantes del barrio y preservar su carácter histórico. Además, el equipo del PAP trabajó en colaboración con la Dirección de Promoción de la Vivienda del Ayuntamiento de Guadalajara.
El concurso comenzó en diciembre de 2020, y en esta edición se presentaron propuestas de regeneración urbana para ciudades como Barcelona, Chicago, Milán, entre otras; además, cerca de mil estudiantes participaron en la más reciente convocatoria.
Durante el desarrollo del concurso, las ciudades participantes seleccionan áreas urbanas que requieren urgente regeneración, y los estudiantes proponen soluciones innovadoras para enfrentar los desafíos locales. El proyecto del equipo del ITESO se enfocó en combinar sostenibilidad, inclusión social y diseño arquitectónico para revitalizar el barrio de Analco, una zona que ha sufrido un marcado deterioro urbano en los últimos años.
La regeneración del barrio de Analco
Analco, fundado por misioneros franciscanos en 1543, es uno de los barrios más antiguos de Guadalajara. Aunque históricamente fue un área clave de la ciudad, en la actualidad enfrenta problemas de abandono, inseguridad y una disminución considerable en su población, pues cuenta con solo 3,416 habitantes en una superficie de 46 hectáreas.
El proyecto ganador se centra en la generación y regeneración del espacio público. Propone una serie de soluciones para revitalizar el barrio, entre ellas la construcción de viviendas de baja altura y desarrollos de uso mixto en terrenos vacíos. También sugiere mejorar los espacios públicos con aceras más amplias, ciclovías y áreas verdes, así como crear un centro cultural y deportivo para fomentar la vida comunitaria. Entre las soluciones sostenibles se incluyen la captación de agua de lluvia, paneles solares y mejoras en la gestión de aguas pluviales, con el fin de minimizar el impacto ambiental y crear un entorno más amigable y habitable con el medio ambiente.
Paola Sánchez, una de las estudiantes involucradas, explica que el equipo dedicó varios meses a investigar las condiciones del barrio de Analco: «El interés por participar en el concurso surgió al reconocer la importancia histórica del barrio y la necesidad de aportar soluciones que mejoraran la calidad de vida de sus habitantes», señala.
Durante su investigación, ella y su equipo identificaron la falta de espacios verdes, equipamientos públicos y la necesidad de regenerar el tejido social, lo que los llevó a desarrollar estrategias innovadoras de densificación urbana.
Uno de los mayores retos a los que se enfrentaron los estudiantes fue la integración de diferentes disciplinas en el desarrollo del proyecto. Como señala Paola: «Trabajar en equipo fue fundamental, pero también representó un desafío. Tuvimos que unificar propuestas de ingenieros y arquitectos, y encontrar una visión común que reflejara las necesidades del barrio». La colaboración entre estudiantes de diversas carreras ofreció distintas perspectivas sobre el problema, con lo cual se logró un enfoque integral.
Los profesores también desempeñaron un papel crucial al ofrecer orientación a los estudiantes para ayudarles a mantener el enfoque en la viabilidad del proyecto. «El reto más grande fue ajustarnos a los tiempos del concurso, pero también fue una experiencia que abonó a la experiencia de los estudiantes para ser gestores de la transformación», comenta Erika Patricia Torres, profesora del PAP.
Un proyecto con impacto social y ambiental
Más allá de la regeneración infraestructural del barrio, el proyecto del equipo del ITESO se destacó por su enfoque social y ambiental. Como explicó Salvador de Alba, asesor del PAP: «Nuestro objetivo es mejorar y dar mayor calidad a las ciudades, pero también buscamos acercar a los estudiantes a la realidad económica, social y política, siguiendo la visión jesuita del ITESO, para que desarrollen líneas de acción en su vida profesional».
Además, el uso de energías renovables y tecnologías sustentables constituyó uno de los pilares del proyecto. El compromiso del equipo con la sostenibilidad ambiental se refleja en la integración de paneles solares, sistemas de captación de agua y materiales ecológicos. «No se trata solo de construir viviendas, sino de repensar cómo habitamos nuestras ciudades. Queremos que los espacios que proponemos sean sostenibles desde el punto de vista ambiental y ofrezcan una mejor calidad de vida para sus habitantes», añadió Federico de Alba, quien también se desempeñó como asesor de este PAP.
Este proyecto reconoce la creatividad, el esfuerzo y el compromiso de los estudiantes con la sostenibilidad y la regeneración urbana, al tiempo que subraya la importancia de los Proyectos de Aplicación Profesional en su formación. Con esto, los estudiantes no solo aplican sus conocimientos académicos, sino que también se esfuerzan por responder a las necesidades de las comunidades tapatías.
El documento de la propuesta se puede consultar dando clic en este enlace.