Diseño de portada: Alberto Medina
En el día a día, la convivencia escolar necesita promover ambientes de diversidad entre educadores y estudiantes. Este artículo busca proporcionar a la comunidad de profesores herramientas y estrategias para fomentar la inclusión en sus clases.
¿Qué es la educación inclusiva?
La educación inclusiva (EI) es un proceso de reestructuración de políticas, culturales y prácticas educativas que busca organizar el aprendizaje y la participación de todas y todos los estudiantes. Este enfoque requiere la participación de toda la comunidad educativa para beneficiar e integrar tanto a docentes como a estudiantes. La EI tiene como objetivo principal superar las barreras de acceso y participación, de modo que se considere a la diversidad como una riqueza para el proceso de enseñanza-aprendizaje (Booth y Ainscow, 2002). Su implementación requiere un enfoque contextualizado, que tome en cuenta los recursos de las instituciones educativas, su historia, su contexto y su capacidad de cambio (Ainscow, 1999).
Las prácticas inclusivas (PI) son todas aquellas acciones de la comunidad de profesores destinadas a promover el desarrollo integral de sus estudiantes y ofrecer una educación de calidad (Flores Barrera et al., 2017). Estas prácticas son contextuales, es decir, se adaptan a las necesidades específicas del grupo con el que se trabaja. De acuerdo con la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura debe considerarse que lo que puede funcionar para un grupo, puede no ser efectivo para otro; por lo tanto, se vuelve necesario adaptar las estrategias a las particularidades de cada contexto y de cada integrante.
¿Qué puedo hacer como docente?
Te presentamos algunas acciones que puedes incorporar para construir espacios libres de discriminación, donde cada estudiante se sienta bienvenid@:
Educación intercultural
Promover modelos educativos centrados en las personas y sus diferencias es fundamental para fomentar la inclusión. Por ejemplo, la educación intercultural desarrolla la capacidad de entender y apreciar las diferencias culturales, lo cual promueve una educación que valora a cada individuo más allá de sus diferencias. Es importante desarrollar modelos educativos que se adapten a las necesidades individuales de cada estudiante, y asegurar que todos tengan las mismas oportunidades de aprendizaje y desarrollo (García et al., 2023)
Recursos lúdicos
Utilizar el deporte y otras actividades lúdicas como herramientas para el trabajo en equipo es una excelente manera de promover la inclusión. Estas actividades facilitan la participación y promueven valores como el respeto y la cooperación. El deporte, además de fomentar el desarrollo de habilidades físicas, puede fortalecer el trabajo en equipo y la colaboración entre estudiantes.
Pueblos originarios
Integrar espacios para el diálogo sobre los pueblos originarios de la región es una práctica inclusiva fundamental. Una educación inclusiva debe reconocer y valorar la riqueza cultural y contribuciones de las comunidades originarias, con el fin de facilitar una mayor comprensión y respeto por la diversidad cultural.
Justicia para todxs
Promover ambientes equitativos donde se respeten los derechos y responsabilidades de todas las personas es esencial para la inclusión. Es importante crear espacios donde todos los integrantes puedan convivir de manera justa. Para lograr esto, se deben respetar los derechos individuales y fomentar un sentido de responsabilidad compartida (Carbajal y Fierro, 2023).
Para que la educación inclusiva sea posible, es fundamental entenderla como un proceso continuo y colaborativo. Además, es esencial generar conciencia sobre las competencias y el impacto que los profesionales de la educación pueden lograr en la creación de modelos educativos que valoren, respeten y promuevan la diversidad. Al implementar prácticas inclusivas, los docentes pueden ofrecer a sus estudiantes oportunidades equitativas de aprendizaje y desarrollo integral. Esto contribuye a la formación de una sociedad más justa y equitativa.
Referencias
Ainscow, M. (1999). Understanding the Development of Inclusive Schools. Routledge.
Booth, T., y Ainscow, M. (2002). Índice de inclusión. Aulas sin exclusiones. Guía para la evaluación y mejora de la educación inclusiva. CSIE y Consorcio Universitario para la Educación Inclusiva.
Carbajal, P. y Fierro, C. (25 de octubre de 2023). Taller ¿Qué estamos haciendo para construir la convivencia en nuestras escuelas? XVI Encuentro Anual de la Red Latinoamericana de Convivencia Escolar. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Tlaquepaque, México.
Flores Barrera, V. J., García Cedillo, I., & Romero Contreras, S. (2017). Prácticas inclusivas en la formación docente en México. Liberabit, 23(1), 39-56.
Garcia et al. (23 de octubre de 2023). Prácticas educativas que promueven la inclusión. Panel de egresadas y egresados de la Licenciatura en Ciencias de la Educación. Encuentro por una educación para la igualdad y la diversidad. Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, Tlaquepaque, México.
Echeita, G., & Fernández-Blázquez, M. L. (2021). Escuelas Inclusivas. Colaboración y participación en el proceso hacia una educación más inclusiva.