Reciben reconocimiento por apoyo durante el sismo de 2017

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A cinco años de los sismos en el centro y sur del país, académicos del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano fueron reconocidos por las brigadas de análisis que realizaron a viviendas afectadas en Jojutla, Morelos.

A pocos días de que otro 19 de septiembre nos recordara lo frágil que puede ser la de la vida ante una catástrofe natural, se reconoció al Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del ITESO por su labor de análisis de daños a las viviendas afectadas y destruidas por el sismo de 2017. El municipio de Jojutla entregó la presea «Puño y Fuerza» a quienes actuaron a favor de los habitantes que vieron cómo en cuestión de minutos todo su patrimonio se vino abajo. 

Los ingenieros Gil Ochoa y Rafael Martín del Campo, y el arquitecto Francisco Álvarez fueron invitados a recibir la presea como representantes del ITESO. Hay que recordar que después de los sismos del 7 y 19 de septiembre de 2017, la universidad brindó una oleada de apoyo que se desplegó hacia poblaciones y comunidades afectadas en varias partes del país.

Rafael Martín del Campo (izq) y Gil Ochoa (der) en Jojutla, Morelos.

En entrevista para Saber ITESO, nos cuentan cómo es fueron invitados por la familia Vences a ayudar en Jojutla. Esta familia fue gravemente afectada por el sismo, pues vivían en la colonia Zapata, a poco de denominarse el punto cero de la catástrofe, y quien al tener contacto con arquitectos de la universidad decidieron llamarlos para buscar ayuda.

«¿Por qué se dañó mi casa?» fue quizá la pregunta que más se repitió durante las primeras brigadas de reconocimiento que el equipo técnico de ingenieros y arquitectos del ITESO hizo a la localidad en Morelos. Gil Ochoa, coordinador de la carrera en Ingeniería Civil y especialista en mecánica de suelos, narra que fue muy emotivo estar cerca de las personas que deseaban entender por qué se habían dañado o colapsado sus viviendas, y poder ofrecerles una explicación.

 «El Ayuntamiento local prestó equipo y herramienta, pero la mano de obra la puso la colonia. Todos los días teníamos gente acompañándonos, nos daban de comer y teníamos donde dormir», comenta el profesor Rafael Martín del Campo, quien acudió para realizar un levantamiento de información haciendo sondeos dentro y fuera del área cero.

En aquel momento, la universidad contribuyó con insumos para realizar los estudios necesarios y con las personas requeridas en términos técnicos. Alumnos y exalumnos participaron en el estudio de mecánica de suelos y asistieron con el traslado de herramientas, equipo y personal.

Francisco reconoce que la experiencia de hace cinco años fue impactante: «tenía la expectativa de ayudar en la reconstrucción, pero necesitábamos recursos para rehacer esas viviendas y no se consiguieron. La parte que sí se logró fueron los análisis de suelo y recomendaciones que después se usaron como referente en otros estudios, porque fue un trabajo muy bien hecho», afirma.

Los tres académicos recuerdan cómo se acercaban las personas para entender por qué algunas viviendas habían sufrido más daño que otras, «la gente intentaba entender el patrón, había mucha gente desesperada por empezar a reconstruir», comentaron Francisco y Rafael, quienes aún recuerdan manzanas completas de viviendas destruidas y filas de casas de campaña en las que las familias tuvieron que vivir por un año o más a causa de la falta de recursos para reconstruir sus hogares.

En su reciente viaje a Jojutla, la presea no fue la única satisfacción que los académicos recibieron, «cuando regresamos nos dijeron que varias personas siguieron las recomendaciones que surgieron a partir de los estudios de suelo para reconstruir sus casas», reconoce Francisco.

Estos tres académicos se han sentido apoyados por el ITESO, pues no es la primera vez que se destinan recursos para este tipo de actividades. Ayudaron durante el sismo que azotó la Manzanilla en 1995, y en ese mismo año apoyaron a la Diócesis de Autlán en el sismo que afectó varias iglesias en Jalisco. Luego, en el 2013, apoyaron en la reconstrucción de la Cabecera Municipal de Zapotitlán de Vadillo, y en 2017 acudieron a San Mateo del Mar en Oaxaca.