El cartel social como puente intercultural 

Diseñadores de 36 países plasmaron desafíos globales y visiones locales en la convocatoria “Futuros Posibles”, creando un mosaico visual de sostenibilidad, justicia social y esperanza compartida.

Por Hugo García Sahagún 
Profesor del Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano 

El cartel social trasciende fronteras cuando se convierte en herramienta de diálogo global. La convocatoria internacional de cartel social «Futuros Posibles más allá del 2030» del ITESO logró reunir 316 propuestas de diseñadores de 36 países, seleccionando 54 carteles que revelan la diversidad de perspectivas sobre sustentabilidad y hábitat. Esta iniciativa jesuita se convirtió en un laboratorio visual de futuros deseables y una plataforma de intercambio académico sin precedentes. 

Imaginar el futuro 

Pau Pinzón, estudiante de Diseño, nunca imaginó que su cartel sobre justicia social estaría colgado junto a propuestas de colegas de diferentes países. Su trabajo formó parte de algo mucho más grande: el 5º Congreso Internacional en Hábitat y Sustentabilidad del ITESO, donde 316 carteles de diseñadores de 36 países alrededor del mundo exploraron los «Futuros Posibles más allá del 2030». 

Esta convocatoria no fue solo un concurso; se convirtió en una experiencia global sobre cómo diferentes culturas visualizan los problemas medioambientales, sociales y económicos, y cómo imaginan soluciones ante los desafíos que enfrentan en sus respectivos países. A partir de la participación de diseñadores profesionales y estudiantes para explorar y debatir gráficamente sobre los futuros posibles, se creó un mosaico visual de esperanzas, preocupaciones y propuestas desde perspectivas culturales únicas. 

¿Qué hace especial al cartel social? 

Un cartel comercial te vende algo; un cartel social te invita a reflexionar y actuar. En el contexto de esta convocatoria, cada cartel se convirtió en una ventana a la manera en que diferentes sociedades entienden problemáticas como el cambio climático, la desigualdad urbana o la crisis habitacional y alimentaria. 

La diferencia es como comparar un texto publicitario con una carta personal. Mientras el primero busca una respuesta inmediata, el segundo busca generar comprensión y conexión emocional desde una experiencia vivida para incentivar a la acción. 

54 perspectivas únicas 

El proceso de selección de los 54 carteles no fue arbitrario. El jurado estuvo formado por ocho expertos: cuatro diseñadores reconocidos internacionalmente y cuatro expertos en el área del hábitat y la sustentabilidad, las categorías que se plantearon en la convocatoria fueron: 

1.- La resiliencia urbana 

2.- Sociedades Justas y Sustentables 

3.- Proyectos y Edificación Adaptativas y Eficientes 

4.- Hábitat Próspero 

Una tercera parte de los carteles seleccionados abordaron temas relacionados con el agua. Desde la escasez en regiones áridas hasta la contaminación en megaciudades, los diseñadores encontraron formas creativas de visualizar este desafío global. 

Mientras que un cartel de Marruecos mostraba gotas de agua transformándose en semillas; otro de Holanda presentaba diques futuristas que protegían ciudades flotantes. Misma preocupación, soluciones visuales completamente diferentes.  

Los carteles europeos tendían a mostrar tecnologías limpias integradas armoniosamente en paisajes naturales, mientras que propuestas de países en desarrollo exploraban soluciones comunitarias y de autogestión energética. Estos resultados pueden están relacionados con la cosmovisión de cada continente en general.  

Esta diferencia puede tener su origen en que Europa tiene una larga historia de planificación territorial, control de recursos y políticas ambientales y esto ha permitido que la transición energética y el diseño sostenible se representen gráficamente como parte de un paisaje equilibrado, tecnológicamente avanzado y «limpio». Mientras que en países en desarrollo, la sustentabilidad surge más como respuesta a carencias estructurales (infraestructura deficiente, servicios limitados), lo que genera representaciones más ligadas a lo social, colectivo y emergente, muchas veces con una estética de lo artesanal, lo provisional o lo resiliente como lo menciona el antropólogo e investigador colombiano, Arturo Escobar, en su libro Diseños para el Pluriverso: Interdependencia radical, autonomía y la creación de mundos, publicado en 2016. 

En la categoría de hábitat próspero, los carteles asiáticos exploraron soluciones verticales y de alta densidad, mientras que las propuestas latinoamericanas se enfocaron en la vivienda social sustentable y el uso de materiales locales. Otro grupo considerable abordó los sistemas alimentarios sostenibles, desde granjas urbanas hasta proteínas alternativas, con cada región aportando su perspectiva cultural única sobre lo que significa la “alimentación del futuro”. 

Walter Mignolo y Catherine Walsh en su libro publicado en 2018 On Decoloniality, proponen pensar alternativas al desarrollo desde la colonialidad del poder y del saber. Una clave para entender el contraste entre visiones europeas y del Sur Global. 

Uso del color 

En las paletas mediterráneas predominaron los tonos azules y blancos, lo que evoca la presencia del agua y el cielo. Por su parte, las expresiones latinoamericanas se caracterizaron por el uso de colores vibrantes y contrastes marcados, que reflejan la diversidad natural de la región. En contraste, el minimalismo nórdico apostó por paletas reducidas y puso especial énfasis en la tipografía y el uso de espacios en blanco. Finalmente, la complejidad asiática se manifiesta en composiciones densas donde se integran elementos tradicionales con propuestas modernas. 

En relación con el simbolismo, elementos como el sol, el agua y las plantas aparecieron en carteles de todas las regiones como imágenes prototípicas de cada tema, cada cultura los interpretó de manera única. El sol podía ser fuente de esperanza en un cartel africano o problema de calentamiento en uno australiano. La experiencia demostró que la diversidad cultural no es solo políticamente correcta; es funcionalmente superior. Los problemas complejos requieren perspectivas múltiples, y el diseño gráfico puede ser el vehículo perfecto para visualizar esa diversidad sumado al uso de las plataformas digitales que permitieron una participación que habría sido imposible hace una década. Diseñadores de regiones remotas pudieron participar en igualdad de condiciones con colegas de grandes centros urbanos. 

Los 54 carteles seleccionados iniciaron una gira por 15 universidades en 8 países, donde más de 10 mil estudiantes están expuestos a perspectivas internacionales sobre diseño social. Además, está en desarrollo una plataforma web que permitirá explorar los carteles de forma interactiva, con información sobre su contexto cultural y datos de cada diseñador. 

El diseño como diplomacia cultural 

La convocatoria «Futuros Posibles» demostró que el cartel puede funcionar como una forma de diplomacia cultural, creando entendimiento y colaboración donde las palabras a veces no son suficientes. Los carteles recibidos no solo abordaron problemáticas de sustentabilidad, sino que también tendieron puentes entre culturas, generaron diálogos académicos y demostraron que la creatividad humana, cuando se conecta a nivel global, es capaz de imaginar y visualizar futuros mejores para todas las personas. 

El proyecto del ITESO no concluyó con el congreso; sembró semillas de colaboración internacional que siguen creciendo en aulas, estudios de diseño y comunidades alrededor del mundo. En tiempos de polarización y división, iniciativas como esta nos recuerdan que el arte y el diseño pueden ser poderosas fuerzas de unión. 

Cada cartel fue una ventana a una cultura, una propuesta de futuro y una invitación al diálogo. Juntos, los 316 carteles formaron un mosaico visual de esperanza que trasciende fronteras y demuestra que, cuando se trata de imaginar futuros mejores, la diversidad no es solo valiosa: es esencial. 

Para saber más 
Sobre este texto 

Este artículo está basado en datos reales del 5º Congreso Internacional en Hábitat y Sustentabilidad del ITESO y la convocatoria internacional de cartel social «Futuros Posibles». Los números y casos mencionados reflejan el impacto documentado de esta iniciativa académica.