El pasado 15 de junio tuvo lugar la Jornada de Investigación y Posgrado 2022, donde se reflexionó sobre la necesidad de becas y la vinculación de los posgrados del ITESO. El evento se dividió en dos mesas de diálogo, en las que participaron representantes de instancias externas y coordinadores de programas de posgrado notables por sus lazos hacia fuera de la universidad.
Durante la primera parte del evento, Francisco Medina Gómez, director del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Jalisco (COECYTJAL), compartió datos relevantes del contexto actual de los posgrados en Jalisco. De 2019 a 2021, de 29 becas aprobadas, 24 fueron para maestrías y 5 para doctorados. Además, en la entidad hay una matrícula de 18 mil 250 estudiantes de posgrado, en contraste con los 292 mil 685 estudiantes de licenciatura. Medina Gómez opinó que ante tal escenario sí se puede hablar de una «crisis de posgrado» en Jalisco.
Sumado a las cifras anteriores, el número de becas han disminuido los últimos años debido a recortes presupuestales, barreras del idioma y un exceso de información que dificulta decidir a dónde irse, además de los estragos recientes ocasionados por la pandemia.
No obstante, también mencionó la importancia de buscar opciones de financiamiento por parte de gobiernos extranjeros y aprovechar las buenas relaciones con otros países. Invitó a expandir la búsqueda de alternativas que amplíen el conocimiento científico e innovación a más mexicanos.
¿Cuál es la experiencia de los posgrados del ITESO en la vinculación?
La segunda mesa de diálogo abordó la importancia de la vinculación, y contó con la participación de la Dra. Giovana Ríos, el Dr. Iván Villalón, y el Dr. Omar Longoria, coordinadores de programas de posgrado. Esta mesa fue moderada por la Dra. Mónica Solorzano, y en ella se compartieron experiencias sobre experiencias y retos de la vinculación en los posgrados.
La mesa inició con Iván Villalón, al frente de la maestría en Sistemas Computacionales, quien mencionó el reto que implica para los estudiantes solicitar una beca en el CONACYT con el compromiso de laborar dentro de la industria. Esto le ha llevado a enfocarse en generar vínculos con empresas para asegurar que sus estudiantes estén inmersos en este ámbito y que aprovechen al máximo sus recursos a la mano. Así mismo, los proyectos de tesis —nombrados como Trabajo de Obtención de Grado— se relacionan con problemáticas y necesidades de la industria.
«La Perla Tapatía es un Sillicon Valley mexicano desde los años setenta. […] tenemos un HUB bastante grande no solo en el área de electrónica, sino también en desarrollo de software», resaltó el coordinador. Esto facilita que las universidades puedan certificar a sus estudiantes sin enviarlos al extranjero. Además, las empresas y sus colaboradores son testigos del trabajo de los egresados, dando cuenta de la calidad del conocimiento y generando confianza para futuras vinculaciones.
Por su parte, Giovana Ríos, coordinadora de la maestría en Derechos Humanos y Paz, habló de la relación con organizaciones civiles, instituciones públicas y empresas con el fin de fortalecer la construcción colaborativa del tejido social. «La vinculación es una necesidad», aseguró la académica. «El mismo objetivo de la maestría nos habla de dialogar, gestionar y vincular a los actores que se encuentran en contextos de conflictos y violación a los derechos humanos».
La maestría cumple un rol indispensable al dar herramientas que permiten a los estudiantes relacionarse con las instituciones, así como mecanismos para supervisar el cumplimiento de los derechos humanos. En la maestría aprenden a diseñar estrategias de vinculación y colaboración con actores clave, a lo que se suma el acompañamiento de movimientos sociales, organizaciones y otros colectivos latentes en la defensa de estos derechos. «Es una necesidad para nosotros que la vinculación forme parte de su ADN», remarcó la coordinadora.
El tercer y último ponente de la mesa fue Omar Longoria, coordinador de la maestría en Diseño Electrónico y de la especialidad en Diseño de Sistemas en Chip, quien compartió las experiencias que han tenido desde ambos programas al vincularse con empresas de la industria de alta tecnología, otras universidades dentro y fuera del país e instituciones gubernamentales.
El coordinador destacó a las empresas de alta tecnología como pilares de la vinculación al ofrecer becas, albergar proyectos y favorecer la presencia de profesores de la industria. Entre los beneficios que esto conlleva, se encuentra mantener los planes de estudio a la vanguardia, adecuar la infraestructura, y la constante actualización de profesores e investigadores. Por último, los estudiantes se comprometen con su desarrollo profesional al ser conscientes de su papel en la industria y la sociedad, lo cual los incentiva a impulsar la innovación y el crecimiento regional.
Al finalizar sus ponencias, los invitados dedicaron un momento a responder preguntas de los asistentes sobre el potencial de colaborar con las pequeñas y medianas empresas, el papel del ITESO para facilitar el inicio de nuevas vinculaciones, así como lo sustancial de las relaciones y experiencia profesional previa de los estudiantes al momento de ingresar al posgrado. Mónica Solórzano, moderadora de la mesa y coordinadora de las maestrías en Ciudad y Espacio Público Sustentable y Proyectos y Edificación Sustentables, resaltó esta relación directa entre instituciones con el alcance del posgrado: «gran parte del éxito de fortalecer la matrícula de admisión de los posgrados se debe a la vinculación con empresas de la industria», señaló. A través de los vínculos con otros actores se establece una relación directa con la industria y un incremento en la demanda de posgrados. Los tres coordinadores coincidieron en lo importante que es medir el impacto social al generar estas vinculaciones, con el fin de hacerlo algo mucho más significativo.
Si te perdiste el evento mira la transmisión de la primera y segunda mesa de diálogo.
Conoce más información sobre los posgrados que el ITESO ofrece en posgrados.iteso.mx.