De inicio, la nueva serie de televisión “Nadie nos va a extrañar” podría parecer una historia más de adolescentes. Sin embargo, desde el primer capítulo deja atrás los lugares comunes para llevarte a una experiencia profunda y emotiva.
La serie se sitúa en la atmósfera de los años 90 en la Ciudad de México y evoca una poderosa sensación de nostalgia a través de su música, moda y elementos icónicos como los videocentros, VHS y casetes.
La trama sigue la vida de cuatro estudiantes de preparatoria —Memo, Tenoch, Marifer, Daniela y Alex— quienes, en su intento por sacar ventaja de sus conocimientos, montan un negocio de tareas que se transforma en una genuina amistad.
Temas como el amor, el compañerismo, la familia y el acoso escolar se transforman en una reflexión sobre la importancia de la salud mental y el impacto del suicidio en un grupo de amigos. Como espectador quedas ante la pregunta: ¿qué sucede con quienes se quedan?
«Nadie nos va a extrañar» se convierte así en un pretexto para abrir conversaciones alrededor de la salud mental y caminos para encontrar herramientas de acompañamiento y resiliencia.
Como parte de las actividades de la Jornada académica de la salud mental por la prevención del suicidio, Edgar Lomelí, psicoterapeuta y coordinador de asesoría psicológica del Centro de Acompañamiento y Estudios Juveniles (CJUVEN ITESO), habló sobre la postvención para los sobrevivientes: familiares, amigos y seres queridos que deben enfrentar el dolor y la confusión tras la pérdida.
¿Qué es la postvención?
Son las actividades diseñadas para disminuir el impacto traumático en la vida de los sobrevivientes de un suicidio. Se centra en el acompañamiento a los sobrevivientes de suicidio al reconocer que su experiencia de duelo es distinta y más compleja que la de una muerte natural.
¿Por qué es diferente el duelo por suicidio?
En el duelo por suicidio, los sobrevivientes enfrentan un dolor intensificado por la falta de comprensión y apoyo. El impacto emocional es único, ya que la muerte por suicidio desafía la lógica y el proceso de aceptación.
Este enfoque busca atender las necesidades emocionales de los sobrevivientes, quienes a menudo experimentan una mezcla de culpa, ira y vergüenza. Se necesita un enfoque especializado que tenga en cuenta las particularidades emocionales y psicológicas de quienes han perdido a un ser querido por esta causa.
¿Por qué es tan importante hablar sobre el suicidio?
Uno de los pilares clave de la postvención es la comunicación abierta. Identificar y nombrar claramente la causa de muerte ayuda a enfrentar la realidad y a iniciar el proceso de duelo. Sin embargo, el estigma social alrededor del suicidio complica este proceso al llevar a muchos a evitar rituales y ceremonias que son esenciales para el cierre emocional.
Dentro de la serie, y al igual que en la vida real, las amistades y familiares que afrontan un duelo por suicidio necesitan un acompañamiento para procesar los sentimientos que surgen como la culpa, confusión, e incluso ira.
Es la maestra de inglés, quien percibe y comparte la tristeza que pesa sobre los estudiantes y toma la valiente decisión de abordar lo sucedido, hablando abiertamente del tema y permitiendo que expresen cómo se sienten. “Nadie nos va a extrañar” nos recuerda que el silencio solo perpetúa el sufrimiento, mientras que la comunicación abierta puede ser un primer paso hacia la sanación.
¿Y después qué sigue?
Desde la voz experta del psicoterapeuta Edgar Lomelí, se subraya la necesidad de seguir educándonos sobre la postvención y desestigmatizar el tema del suicidio. Cada vida perdida afecta profundamente a, por lo menos seis personas a su alrededor, lo que nos lleva a la responsabilidad colectiva de crear espacios donde el dolor pueda ser compartido y sanado de forma consciente.
La postvención es tan crucial como la prevención. Por lo tanto, es vital que las comunidades trabajen en conjunto para proporcionar un entorno de apoyo que valide las experiencias únicas de los sobrevivientes.