¿Por qué deberíamos hablar de paces y no solo de paz? La idea que muchos tenemos de paz es limitada, solemos verla como un fin último o meta utópica a alcanzar, donde no exista ningún tipo de violencia o conflicto. Sin embargo, la paz se construye en el día a día y de múltiples formas.
«Implica la construcción cotidiana de acciones a nivel individual y colectivo, estatal e institucional, que pueden cambiar realidades en beneficio de la ciudadanía, del bienestar y de la justicia social», explica Giovana Ríos, académica del ITESO, quien junto al profesor Gerardo Pérez fueron recientemente nombrados Embajadores de Paz por el Instituto de Justicia Alternativa del Estado de Jalisco.
«Para construir la paz necesitamos cambiar la manera de pensar», afirma Gerardo Pérez, quien añade que, «la universidad tiene un gran rol que jugar para cambiar muchos conceptos instalados en la sociedad y que podemos plantearnos de otras maneras».
De acuerdo con los académicos, el rompimiento de paradigmas lleva al descubrimiento de nuevas formas de pensar en la paz más allá de ese fin utópico. «Implica la deconstrucción de ideas, de conceptos y de las maneras en que respondemos a las realidades. Entonces generamos procesos que pueden conducir al bienestar social», comparte Giovana.
Actos pequeños que parten del aspecto individual, como el reconocimiento de nuestras emociones, formas de pensar y conflictos internos, son elementos importantes que influyen en cómo vivimos el día a día. «La paz es imperfecta porque los seres humanos y las sociedades somos imperfectos. Vivimos en el conflicto y lo seguiremos viviendo. Por ello, no buscamos erradicar las violencias, sino transformarlas desde la paz para lograr el bienestar social», sostiene la profesora.
Ambos académicos del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos señalan la urgente necesidad de visibilizar las acciones de paz que están presentes en la vida cotidiana, ya que la atención mediática suele centrarse en las violencias, exponerlas, cuantificarlas y volverlas un espectáculo. «Junto a esas violencias hay muchas situaciones de paz que se están dando paralelamente», precisa Gerardo. Aseguran que, para poder abonar a la construcción de paz, es imprescindible que los actos pacíficos ya existentes sean debidamente expuestos. «La paz no se nombra. La paz es algo que está presente en todo ello, pero tenemos que visibilizarla», enfatiza Giovana.
Reconstruyendo la paz desde la universidad
Desde el programa de Maestría en Derechos Humanos y Paz se busca reconocer y fortalecer los distintos actos de paz para materializarlos en políticas, marcos jurídicos, y métodos alternos de justicia a través de un diálogo constructivo con los derechos humanos. «Ese es nuestro reto más fuerte en este momento» afirma Giovana, coordinadora del posgrado, «construir desde las demás teorías un diálogo con la paz para que esta sea transversal en todas ellas».
«Tenemos que cambiar a hablar de paces. Hay muchas posibilidades, situaciones, escenarios y circunstancias donde se hacen paces», afirma Gerardo. A través de la multi, inter y transdisciplinariedad es posible reconocerlas, ya que su estudio abarca los ámbitos culturales, la resolución de conflictos, las relaciones internacionales, los negocios, género, derechos humanos, políticas públicas, entre otros. «Algo similar tendría que plantearse en relación a la idea de universidad, yo creo que ahí habría que hablar de la multiversidad, para poder explorar otro tipo de conocimientos pacíficos».
Además, señalan la importancia de identificar las acciones de paz que se realizan en todas las áreas de la universidad y vincularlas para impulsar la construcción pacífica de justicia y bienestar: «En ITESO tenemos muchas acciones de construcción de paz que deben reconocerse, y el que podamos construir de manera colectiva lo que es la paz es otro gran reto», finaliza Giovana.