Sequía y cambio climático en la región más productiva de alimentos

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¿Sabías que Jalisco es uno de los principales productores de huevo y leche de vaca a nivel mundial? Pero detrás de esta impresionante industria ganadera, se esconde un desafío crucial: la escasez de agua en la región semiárida de los Altos Norte.

Diseño de portada: Rogelio Delgado

El ciclo del agua enfrenta desafíos significativos que requieren una atención integral. La problemática del agua en los Altos de Jalisco no es un tema nuevo, pero su complejidad y urgencia han llevado a académicos e investigadores del ITESO a unir esfuerzos para conocer cómo se lleva a cabo la gestión del agua en esta zona semiárida de Jalisco.  

Para comprender mejor esta problemática y su impacto, entrevistamos a Ana Sofía Macías, académica de la universidad con más de ocho años de experiencia en el campo de los estudios sobre el agua, y quien actualmente se desempeña como profesora en la Prepa ITESO. 

Leche y huevo para el mundo

La región de los Altos Norte de Jalisco es conocida por su destacada producción de huevo y leche de vaca que la posicionan como una de las más importantes de América Latina y el mundo. De acuerdo con el informe del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), publicado por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en 2022 Jalisco aportó el 52.7 por ciento del valor nacional de la producción de huevo, mientras que en el caso de la leche de bovino aportó casi el 21 por ciento. 

Sin embargo, la aparente contradicción entre esta intensa actividad ganadera y la escasez de agua a causa de la ausencia de lluvias, la falta de infraestructura y la necesidad de implementar buenas prácticas en el uso del agua, plantean interrogantes sobre las debilidades sociotécnicas y sociocientíficas para la gestión de este recurso.

La académica explica que una de las principales preocupaciones es la alta demanda de agua para la producción agrícola en la región. Esta demanda, combinada con la escasez característica de la región crea tensiones significativas en la gestión del agua.

La crisis hidrológica que atraviesa esta región también impacta a la población en el abastecimiento del líquido vital, dado que la subcuenca del río Verde descarga en la cuenca del río Santiago y abastece a Jalisco, Aguascalientes y Zacatecas. Además de que Guadalajara es uno de los principales usuarios del lago de Chapala, el más grande del país. 

Ana Sofía formó parte del equipo de académicos que llevó a cabo la investigación sobre la escasez y calidad del agua en el semiárido de los Altos Norte de Jalisco, titulada “Desafíos y oportunidades en la política y la gestión de las zonas semiáridas en los Altos de Jalisco: un enfoque interdisciplinario”. Este estudio se centró en comprender la gestión de agua y el manejo ambiental en los semiáridos de Jalisco, principalmente en los municipios de Lagos de Moreno y San Juan de los Lagos.

El Fondo de Apoyo a la Investigación (FAI) de ITESO financió el proyecto en 2018, notable por su enfoque multidisciplinario al congregar expertos en sociología, geografía, ciencia política, restauración ecológica e ingeniería ambiental para abordar la problemática desde diversas áreas de conocimiento.

Como parte de sus hallazgos, se espera la publicación de un libro titulado «Los Altos de Jalisco: agua, sequía, vulnerabilidad, cambio climático y derechos humanos», en el que también se analiza el impacto del cambio climático en los municipios estudiados, así como el análisis de la relación entre la actividad ganadera y la transformación de los medios de vida.

Incidencia en los estudiantes

Como parte de su rol docente, Ana Sofía imparte asignaturas de Matemáticas y de los nodos de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), donde los estudiantes de preparatoria abordan problemas socioambientales desde la aplicación de la ciencia y la tecnología. Entre estos nodos, destacan la contaminación del agua y el cambio climático, para entender que, son un problema social donde la tecnología y la ciencia deben aplicarse para buscar posibles soluciones orientadas al bien común.

“Conforme más avanzas en el problema te das cuenta de que es más complejo. Pero algo muy significativo y bonito es ver a los estudiantes que llegan con una creatividad muy genuina y auténtica. Es esperanzador porque después de trabajar con problemas ambientales o cambio climático, sí se necesitan estos rayitos de esperanza. El aprendizaje más significativo es canalizar esa creatividad para que ellos entiendan que el problema no se soluciona con ciencia y tecnología, sino que se soluciona al intencionar esa ciencia y esa tecnología”, señala la académica. 

La integración entre la investigación y la enseñanza es evidente en el compromiso de la profesora, que explora la problemática del agua desde una perspectiva que permite comprender la complejidad del problema, buscar soluciones creativas y formar a los estudiantes como nuevos agentes de cambio.