Desde hace más de una década, la investigadora Marinés de la Peña, se ha dedicado a desarrollar soluciones que mitiguen la destrucción de bosques y selvas en México. La primera investigación en la que participó fue en 2006 en la región de Los Tuxtlas, Veracruz, con el objetivo de restaurar los bosques tropicales en un contexto de paisajes agropecuarios.
En estas comunidades rurales la población depende de la agricultura y cría de ganado para su subsistencia, por lo que se buscan soluciones que logren la conservación sin comprometer la actividad económica de los ganaderos a pequeña escala. «Son soluciones que nos ayudan a restaurar procesos ecológicos, pero también favorecen una mejor actividad ganadera. Se mezcla la plantación de árboles con frutos carnosos y los sistemas silvopastoriles de rotación intensiva. A esta combinación la hemos llamado sistemas silvopastoriles enriquecidos», detalla la especialista en ecología, biología y biodiversidad, quien comparte que los resultados de este proyecto fueron publicados en un artículo dentro de la revista Acta Botánica Mexicana.

Luego de dieciséis años de experiencia en los proyectos de Veracruz, Marinés reconoce que muchos de los descubrimientos obtenidos han sido sorpresivos. Por ejemplo, «una de las hipótesis principales era que las plantaciones de árboles dispersados por animales atraerían más animales y eso iba a acelerar la regeneración del sitio, la sucesión ecológica. Esperábamos tener muchas aves frugívoras en las parcelas plantadas con árboles con frutos carnosos, pero lo que sucedió es que tenemos parcelas con recursos tan valiosos que llegaron aves muy territoriales que de alguna manera defienden ese territorio. Te acercas y te gritan», platica la investigadora entre risas.
Otro de los grandes logros del proyecto es la satisfacción que ha dejado a los ganaderos de las parcelas involucradas. «Ha resultado muy beneficioso para su propia producción, pues evita que el terreno se siga erosionando, incrementa la fertilidad del suelo y provee sombra para el ganado», explica la académica. Por ahora, como parte del trabajo en campo se monitorea la presencia de mamíferos, aves y vegetación en la zona.

Los resultados de estos 16 años de restauración se presentaron en la 58 edición de la Reunión Anual de la Asociación de Biología Tropical y Conservación (ATBC por sus siglas en inglés), realizada en julio de este año en Cartagena, Colombia.
Las soluciones desarrolladas en esa región actualmente se implementan en el ejido de San Juan de Abajo, en Bahía de Banderas, Nayarit. El plan de acción consiste en dos estrategias simultáneas, la primera radica una estrategia de restauración de la vegetación del arroyo Huichichila contemplando el cuidado y cultura del agua, y la segunda, un sistema agrosilvopastoril en el que se hace una rotación del ganado para dejar descansar la tierra. «Es una solución basada en la naturaleza, pues utiliza los mismos principios ecológicos para restablecer una zona que ha sido degradada», explica la investigadora miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

La académica del Centro Interdisciplinario para la Formación y Vinculación Social (CIFOVIS) señala que se buscará mayor participación de la comunidad, de más investigadores y de organizaciones de la sociedad civil, pues se tiene un enfoque de manejo integral del paisaje y eso no solo requiere de apoyo económico, sino del involucramiento de los habitantes de San Juan de Abajo. «Queremos que sea una co-construcción junto con la comunidad. Ellos propusieron un corredor en el río porque están muy interesados en integrar un turismo sustentable. Entonces vamos a ir dándole forma a los proyectos según las necesidades de la comunidad», de esta manera vamos conjuntando la investigación con la incidencia social.
Las investigaciones «Co-diseño e implementación de sistemas agrosilvopastoriles en el ejido de San Juan de Abajo para un paisaje resiliente» y «Restauración forestal y riparia del Río Huichichila para un paisaje con capacidad de adaptación al cambio climático«, recibieron fondos por FONNOR, FMCN, Banco Mundial y Green Climate Fund. Ambos proyectos son derivados de un proyecto de Programa Nacional Estratégico (PRONACE) de CONACyT, enfocado a temas de agua.
Desde los proyectos de San Juan de Abajo se tiene la intención de hacer del proyecto cada vez más multidisciplinario al considerar la necesidad de múltiples visiones para abordar este tipo de problemáticas. «Es muy importante analizar las problemáticas ambientales desde diferentes enfoques para poder desarrollar alternativas sustentables basadas en la naturaleza».