Tecnologías que impactan a la universidad

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El uso que los estudiantes hacen de la realidad virtual, los simuladores y las haptics, los prepara para dominar las herramientas que emplearán en su futuro profesional. Desde la universidad nos preguntamos si tenemos claro cómo esta práctica impacta en su formación ética y crítica.

Por Ninfa del Rocío Pérez Gómez
Coordinadora de Innovación, Desarrollo y Exploración Académica

A lo largo del tiempo, la tecnología ha modificado todas las esferas de la vida humana. Parte de esto se evidencia en los procesos universitarios y académicos de las últimas décadas. 

El ITESO forma parte activa del aprovechamiento tecnológico, no solo como herramienta útil para la mejora y calidad de los servicios educativos que ofrece, sino como artefacto que puede potenciar los procesos de aprendizaje propios de las profesiones en las que forma a su estudiantado. 

Un ejemplo es el uso de simuladores en el Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales (DPTI), según refiere Raúl García Huerta, académico y director de esta instancia. La simulación de modelos matemáticos y físicos permite reproducir un fenómeno y estudiar qué sucede alrededor. En términos de aprendizaje puede ayudar a cumplir varios propósitos: 

  • Obtener resultados a partir de los cuales se pueden sacar conclusiones, sin necesidad de utilizar infraestructura de alto costo. 
  • Aplicar la teoría a la práctica. 
  • Experimentar, utilizando laboratorios como una manera de vivenciar los fenómenos y tener un contacto directo con el conocimiento. 
  • Aprender el uso de la herramienta para aplicarla en el futuro ejercicio profesional de los estudiantes. 

El académico también hace hincapié en otras herramientas que ofrecen resultados similares a las simulaciones, pero con una experiencia más inmersiva. Tal es el caso de la realidad virtual (RV) y aumentada (RA).  

El propósito con el que se utilizan actualmente estas herramientas en las carreras del departamento es brindar a las y los estudiantes un acercamiento a aquellas tecnologías con las que trabajarán una vez que egresen. 

Sin embargo, en un contexto global, donde la información está disponible para todos en cualquier momento, lo que no puede suplirse es la experiencia del contacto directo con cualquier fenómeno que quiera estudiarse, comenta Raúl. 

Otro avance tecnológico relevante en el contexto de la educación son las llamadas haptics, las cuales no solo acercan a las personas a situaciones reales a través de un formato virtual, sino que van más allá: logran simular los sentidos de sus usuarios al producirles sensaciones como si estuvieran experimentándolas en un laboratorio real. 

El profesor Raúl García también señala que este tipo de herramientas tecnológicas a veces funcionan como el medio y otras veces como el fin en los procesos de aprendizaje. En ocasiones ayudan a acercar al aprendiz a la teoría que está estudiando y observarla de forma experimental. En otros momentos, despiertan el interés y le hacen preguntarse «¿por qué pasa esto o aquello?». Es decir, cumplen una función de catalizadoras de la curiosidad, e incluso sirven para preguntarse cómo ciertas tecnologías pueden funcionar para otros fines distintos de los que fueron creadas. 

Un ejemplo contundente de cómo se vive esto en el ITESO, ocurre en la carrera de Ingeniería en Mecatrónica, coordinada por la profesora Jaqueline Bernal. Ella afirma que en asignaturas como la de Sistemas Mecatrónicos se trabaja en el desarrollo de un robot de cuatro grados de libertad con una pinza. Para esto se utiliza el software Matlab, con el propósito de generar aplicaciones que ayuden al diseño de los robots.  

Esta asignatura, de 24 créditos, integra de manera simultánea a tres profesores para que acompañen a los estudiantes en el desarrollo del robot: uno es del curso de Mecánica, otro de Programación y el último de Electrónica. 

En paralelo, las y los estudiantes asisten al Laboratorio de Mecatrónica una vez al semestre para ver un robot real en funcionamiento. Ahí se utiliza la realidad virtual y aumentada. Aunque el académico Raúl García aclara que la intención de estos ejercicios para los estudiantes de los primeros semestres es que sean concebidos más bien como prácticas demostrativas. Por otro lado, el profesor Raúl menciona que actualmente el diseño de robots se realiza para la automatización de procesos industriales, pero que esto podría cambiar en un futuro, cuando se amplíe a otras áreas de aplicación. 

Finalmente, hay otros ejemplos de académicos trabajando en proyectos tecnológicos similares, tal es el caso del profesor César Real Díez Martínez de Ingeniería Mecánica, quien junto con un estudiante de Proyecto de Aplicación Profesional (PAP) han colaborado en el desarrollo de un brazo mecánico manipulado. 

Esta nueva realidad para las universidades y el creciente desarrollo y empleo de las tecnologías en la educación nos invita a preguntarnos y reflexionar: ¿cómo potenciar el uso y desarrollo de estas herramientas en áreas distintas a las ingenierías?, ¿cuál será el impacto de estas tecnologías en el desarrollo de las profesiones presentes y futuras? Y, por último, ¿cuál es el papel de la universidad en la formación crítica y ética de los estudiantes y profesionistas ante desarrollos tecnológicos cada vez más sofisticados?