Fotografías por Roberto Ornelas
Los hermanos Rodríguez Cocula aprendieron de su padre el oficio del tallado en piedra y, con el tiempo, han innovado en sus técnicas y propuestas de diseño. Son originarios de San Lucas Evangelista, una comunidad de la Ribera de Cajititlán, en Tlajomulco, reconocida por preservar el trabajo artesanal con piedra volcánica.
En esta localidad, el labrado en basalto forma parte de una tradición heredada de generación en generación, y que actualmente se enriquece con procesos y herramientas que permiten adaptarla a nuevas formas de producción y expresión.
Con motivo del Día del Maestro 2025, la familia Rodríguez Cocula, en colaboración con el taller del artesano Gerardo Valencia, de Paracho, Michoacán, elaboraron piezas de obsequio en piedra basalto y madera de granadillo. Cada pieza combina técnicas tradicionales con un enfoque de diseño contemporáneo.
Donde todo comenzó
Jesús, Guifredo y Adrián Rodríguez Cocula aprendieron de su padre el oficio del tallado en piedra, siguiendo la técnica tradicional con pico y cincel. Su abuelo materno también se dedicaba a este trabajo, especialmente a la elaboración de molcajetes, y fue su padre quien continuó el legado familiar junto con sus cuatro hijos.
Jesús recuerda que tenía entre tres y cuatro años cuando empezó a ayudar a su padre a recolectar piedras pequeñas para hacer las manos de los molcajetes. “Mi papá me decía: ‘Ira hijo, llévate esta picaderita y le pegas aquí y me traes el cachito’”, comparte. Son recuerdos que guarda con especial aprecio, como aquellos momentos en los que acompañaban a su padre y él les explicaba cada parte del proceso.
Durante un tiempo, los hermanos dejaron el taller para trabajar en una joyería en Guadalajara. Al regresar, retomaron el negocio familiar con una intención clara: transformar su técnica de trabajo. Actualmente, su apuesta a futuro es incorporar nuevos materiales y procesos, como el tallado en madera, la joyería y el uso de otras piedras como la obsidiana.
La piedra de basalto, antes asociada casi exclusivamente al molcajete, ahora adopta nuevas formas en objetos utilitarios que combinan tradición e innovación, diseñados para integrarse en la vida cotidiana.
Galería de fotos de ellos




Un legado que se reinventa
Para los hermanos Rodríguez Cocula, innovar es parte del camino para mantener viva su tradición. Adrián lo resume así: “Se siente como que te retan y me gusta que se vuelve un reto para uno mismo, ver hasta dónde se puede e intentarlo”.
Ese impulso creativo los ha llevado a diseñar piezas únicas, como su molcajete en forma de aguacate: una pieza 4 en 1 que se abre en dos mitades, y dentro contiene dos pequeños cuencos que funcionan como molcajetes o salseros.
En su taller Ígnea, las técnicas manuales conviven con herramientas modernas que les permiten aprovechar al máximo la piedra basalto, su materia prima principal. Mientras que antes llegaban a perder hasta la mitad del material, ahora logran usar hasta el 90%, aprovechando fragmentos más pequeños para crear objetos como tequileros, salseros o temolotes.
Esta forma de trabajar —que combina eficiencia, diseño e identidad— ha sido reconocida en el Concurso Estatal de Labrado en Cantera y Lapidaria. También los ha llevado a participar en ferias de diseño contemporáneo en países como Alemania, Francia y Estados Unidos.
“Hace años empezamos una historia por tradición familiar, nunca pensamos que esto iba a cambiar nuestras vidas”, comparte Guifredo, apodado de cariño por su familia como Wili.





Un oficio que se desvanece
Aunque en San Lucas Evangelista todavía hay más de 200 personas dedicadas al trabajo con piedra, el número va a la baja. Así lo constató un reciente sondeo realizado por la mesa directiva de artesanos, de la que forma parte Adrián Rodríguez. Las razones son diversas: la disminución en las ventas, las dificultades para sostener los talleres y, sobre todo, el desinterés de las nuevas generaciones por continuar con el oficio.
Ante este panorama, los hermanos Rodríguez Cocula saben que el legado no está garantizado. Aun así, buscan transmitir lo que han aprendido. “Yo haría lo que hicieron mis abuelos y mi papá con nosotros: enseñarnos y que de ellos dependa seguir o no seguir”, dice Adrián. Su hermano Guifredo coincide, aunque tiene claro que desea que sus hijos estudien primero y estén mejor preparados si en algún momento deciden retomar el taller familiar.
El trabajo en familia es algo que valoran profundamente. Aunque reconocen que no siempre es fácil, después de dos décadas trabajando juntos, han aprendido a encontrar un equilibrio. “Cada uno tiene su forma de ser y hemos sabido sobrellevarlo porque tenemos 20 años trabajando juntos, y eso es raro entre hermanos”, comenta Jesús.

Visita la exposición en la biblioteca
Las piezas de obsequio estarán en exhibición en el segundo piso de la biblioteca hasta el 14 de mayo. Después, se entregarán durante la ceremonia del Día del maestro 2025, el jueves 15 de mayo, en el Auditorio Pedro Arrupe, SJ.
Si no puedes asistir al evento, podrás recoger tu obsequio en la sala M-301, del 19 de mayo al 6 de junio, en un horario de 9:00 a 13:00 y de 16:00 a 18:00 horas.
No te pierdas la oportunidad de conocer estas piezas únicas que celebran la vocación docente y el trabajo artesanal mexicano.