La inteligencia artificial (IA) está transformando la forma en que entendemos y enfrentamos los retos de la alimentación saludable. En el ITESO, la investigadora Raquel Zúñiga Rojas lidera un proyecto innovador que utiliza IA para diseñar alimentos nutritivos a partir de ingredientes nativos de México, lo que abre la puerta a soluciones accesibles y sostenibles que podrían redefinir el futuro de la alimentación.
La investigación se fundamenta en el desarrollo de una IA creada desde cero, cuyo propósito es formular nuevas maneras de elaborar alimentos a partir de productos que, comúnmente, no se destinan para ese fin. Esto responde a la intención de adaptar las formulaciones a los alimentos disponibles en entornos específicos.
El proyecto integra un enfoque social que busca beneficiar a las comunidades originarias con los ingredientes utilizados. Para lograrlo, se respeta el Protocolo de Nagoya, el cual asegura el reconocimiento y la compensación justa por el uso de los recursos y conocimientos de las comunidades. Un ejemplo de esto es el trabajo realizado con productores de amaranto en Puebla y de epazote en Jalisco, donde se han establecido acuerdos que incluyen capacitaciones y posibles beneficios económicos derivados de la comercialización de los productos.
“Un ejemplo de lo que hemos logrado es una bebida sustituta de la leche que incorpora ingredientes nativos de México. Este producto combina accesibilidad con un perfil sensorial agradable, a la vez que fortalece nuestra relación con productores locales”, explicó Raquel Zúñiga Rojas, académica del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales.
El propósito del proyecto a futuro es que las empresas y emprendedores adopten esta tecnología para enriquecer sus áreas de investigación y desarrollo. Dado que la inteligencia artificial está transformando distintos aspectos de nuestra vida cotidiana, resulta indispensable que la industria alimentaria también se sume a esta revolución tecnológica.
La Unidad de Transferencia del Conocimiento del ITESO ha sido una pieza clave en el proyecto. Su labor se ha enfocado en la parte legal y de protección intelectual, además de facilitar la vinculación con el sector industrial.

IA y nutrición
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a pesar de la amplia variedad de productos alimenticios disponibles en el mundo, muchos de ellos no garantizan una alimentación óptima. Este desafío se agrava al considerar factores económicos, culturales y políticos que afectan el acceso para millones de personas a una dieta saludable.
Frente al envejecimiento poblacional y el incremento de enfermedades crónicas, es crucial replantear las prioridades hacia una vida más saludable desde una mejor alimentación. Esto implica desarrollar alimentos accesibles y beneficiosos para la salud, lo que podría generar un impacto significativo en la calidad de vida de las personas.
Incluso en comunidades con recursos limitados, el acceso a herramientas digitales abre nuevas posibilidades, ya que un algoritmo podría crear recetas o formulaciones adaptadas a los ingredientes locales y de esta manera, ofrecer soluciones innovadores y sostenibles. Este tipo de soluciones no solo contribuyen al bienestar individual, sino que también fortalecen la equidad en el acceso a una nutrición adecuada para todos y todas.
En los próximos meses, se dará continuidad a este proyecto que fue desarrollado en colaboración con la Universidad Laval, de Canadá; y con apoyo del Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (COECyTJAL).
Como parte de las siguientes etapas, se planea optimizar los algoritmos con base en los resultados obtenidos hasta ahora y ampliar las pruebas en comunidades seleccionadas para evaluar su impacto.