¿Por qué cuidar los primeros mil días de vida puede cambiarlo todo? 

Con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, te explicamos qué son los mil días y por qué son clave para la salud y el desarrollo de una persona.

Es probable que tus primeros mil días de vida ya hayan quedado muy atrás. Pero quizá estás embarazada, tu pareja lo está o conoces a alguien que pronto será mamá.  

Los llamados mil días —que abarcan desde el embarazo hasta los dos años de vida— son una etapa clave para el desarrollo físico, cognitivo, social y emocional de un bebé. Comprender cómo influye la alimentación en ese periodo puede ayudarte a tomar decisiones más conscientes y, con ellas, transformar el futuro de ese mini humano. 

Pero, ¿por qué son tan importantes estos mil días y qué papel desempeña la nutrición en ellos? 

Se trata de una etapa crítica y única para el desarrollo de todo ser humano. Su relevancia radica en que, durante este periodo, se establecen las bases para la salud integral de la persona a lo largo de toda su vida. 

Para entenderlo mejor, basta con revisar algunos de los procesos que ocurren durante estos mil días: el desarrollo cerebral, el crecimiento y la maduración de órganos vitales, la prevención de enfermedades crónicas y la formación de hábitos alimentarios saludables. También es un momento clave para establecer horarios, texturas, sabores y formas de alimentación que influirán en las decisiones y preferencias futuras de la persona en crecimiento. 

Cada uno de estos procesos será determinante para el desarrollo del lenguaje, las capacidades cognitivas y de aprendizaje, así como para el fortalecimiento del sistema inmunológico y digestivo. Incluso puede influir en generaciones futuras, al impactar en el metabolismo y la propensión a enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión. 

Para que todo esto suceda, la lactancia materna es una de las aliadas más poderosas de las familias. No solo proporciona todos los nutrientes, líquidos y energía que el bebé necesita, sino que también aporta factores inmunológicos que lo protegen, fortalece el vínculo con la madre y favorece su desarrollo emocional. Además, es accesible, gratuita y amigable con el medio ambiente, ya que no genera residuos. 

Organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la UNICEF recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y continuarla, junto con la alimentación complementaria, hasta los dos años. Sin embargo, en México, la realidad dista mucho de esa meta: según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT Continua 2022), solo el 33.6 % de los bebés menores de seis meses reciben lactancia materna exclusiva. 

Para Laura Cuéllar, nutrióloga y asesora en lactancia materna, como sociedad aún sabemos poco sobre la importancia de la lactancia. “Hay mucha desinformación, mitos y tabúes que siguen presentes, incluso entre profesionales de la salud”, advierte.

Estudiantes de Nutrición en el Hospital General de Occidente.

Estudiantes del ITESO se suman al cuidado de los mil días 

De agosto de 2024 a mayo de este año, un equipo de estudiantes y profesoras de la Licenciatura en Nutrición del ITESO desarrollaron el proyecto “1000 días de vida», una experiencia de inmersión profesional en la Clínica de Lactancia Materna del Hospital General de Occidente, uno de los centros hospitalarios de alta especialidad más importantes de Jalisco. En este periodo, el equipo acompañó a las mujeres que acudieron al hospital para tener a sus bebés, capacitándose en temas de embarazo, porteo, lactancia materna y nutrición materno-infantil. 

En el informe del proyecto, se detalla que en la primera etapa se encuestó a 52 madres, lo que permitió identificar algunas las características generales: las mujeres tenían entre los 14 y 41 años, con un promedio de edad de 24 años; la mayoría contaba con escolaridad de nivel secundaria y preparatoria. Poco más de la mitad respondió que su gasto semanal de alimentos oscilaba entre 700 y 1,500 pesos mexicanos. Según los resultados, aproximadamente la mitad de las encuestadas tenía conocimientos sobre lactancia materna, pero solo alrededor del 20% conocía el concepto de los 1000 días de vida. 

Laura Cuéllar, profesora responsable del proyecto, destacó que las estudiantes se enfrentaron a diversas condiciones de las madres, como que algunas fueran adolescentes, mujeres con enfermedades crónicas o problemas de adicciones, con distintos niveles socioeconómicos y educativos. “Esto las hizo conscientes de los retos reales que enfrentan las madres y les permitió adaptar sus recomendaciones y asesorías de manera respetuosa y adecuada al contexto”, señaló la profesora. 

Como parte del trabajo de campo, se impartieron charlas, se ofrecieron asesorías personalizadas, se diseñaron materiales educativos y se brindó apoyo en los consultorios del hospital. Esta formación integral y sensibilización de las estudiantes sucedió tanto en el aula como en situaciones hospitalarias reales, donde se enfrentaron a contextos sociales diversos y necesidades complejas que trascendieron la teoría.

Trabajo de campo en la Clínica de Lactancia Materna.

¿Cada vez se da menos leche materna? 

Aunque sabemos que la lactancia materna tiene múltiples beneficios, todavía son pocas las familias que logran mantenerla. A nivel mundial, la falta de lactancia materna exclusiva es un problema de salud pública de gran escala. En 2023, la UNICEF reportó que solo 4 de cada 10 bebés menores de seis meses son amamantados exclusivamente en América Latina y el Caribe.   

Tanto en el informe del proyecto como en conversación con Laura Cuéllar, se identificaron algunos de los obstáculos que dificultan la práctica y el sostenimiento de la lactancia materna, los cuales van desde factores familiares y sociales hasta laborales e institucionales. 

Para empezar, actualmente la mayoría de las madres trabajan y cuentan con días limitados de incapacidad tras el parto, lo que condiciona el tiempo disponible para la lactancia exclusiva. De ahí la importancia de contar con una red de apoyo que acompañe durante el proceso, brinde respaldo y facilite otras tareas para darles más tiempo a las mamás. 

Por otro lado, en muchos centros de trabajo no se respetan los horarios para la extracción de leche ni se ofrecen espacios adecuados, limpios y privados. “De nada sirve que se les dé una hora si no hay un lugar donde hacerlo”, señala la profesora.  

En el ámbito social existen ideas que también influyen, como la percepción de que la fórmula es una mejor opción o la creencia de que si el bebé no gana peso rápidamente, debe dársele fórmula. Además, persisten mitos y falta de experiencia sobre lactancia entre la población general, lo que puede desalentar a las madres. 

Sumado a toda esta situación, Laura resalta los cambios hormonales y físicos que se enfrentan en el posparto, el cansancio, la presión por el aspecto físico y el deseo de retomar la vida profesional, factores que pueden convertir cualquier dificultad en un motivo para abandonar la lactancia. «Es una etapa muy vulnerable para las mamás”, afirma la nutrióloga. 

Cuéllar también señala que, en el ámbito médico, persisten prácticas inadecuadas, como la recomendación temprana de fórmulas por parte de algunos profesionales, en parte debido a la influencia de farmacéuticas y a la falta de formación específica sobre lactancia entre médicos generales y pediatras.

Se impartieron charlas y se ofrecieron asesorías personalizadas a padres de familia.

Una experiencia que transforma

Como parte de la misión de promover una lactancia positiva, esta experiencia inmersiva resultó transformadora tanto a nivel profesional como personal. 

La profesora a cargo compartió que su interés en el tema nació con el nacimiento de su primera hija, lo que la llevó a especializarse y a liderar programas en universidades y hospitales. Aun así, reconoce que la lactancia y la nutrición materno-infantil sigue teniendo poco espacio en los planes de estudio de carreras como Nutrición o Medicina, pese a su impacto en la salud pública. 

Para las estudiantes, esta experiencia fue una oportunidad única para acercarse a la realidad hospitalaria, observar de primera mano las condiciones de las madres y sus bebés, y aplicar sus conocimientos en escenarios complejos. Desarrollaron habilidades prácticas, sensibilidad social y empatía, además de comprender la importancia del trabajo interdisciplinario en el ámbito de la salud. 

Al terminar, contaban con una formación sólida en lactancia materna, equivalente a un nivel de diplomado, y con herramientas para ejercer su profesión con mayor responsabilidad y vocación de servicio.

Para saber más… 

Cuéllar Ibañez, L. M., Méndez Bravo, T., Méndez León, E. M., Barreda Moreno, D., Flores Muñiz, K. E., Hernández Cruz, L. A., Sandoval Parra, M. F., Ipata Mendizábal, V., Aguilar Mercado, A., Arroniz Montelongo, X., Rodríguez Villar, A., Richter Sámano, M. L., Aldama Ramos, M. F., Parra Chico, A. L., & Mujica Ruiz, D. A. (2024). Proyecto 1000 días de vida: Informe final de la experiencia de inmersión profesional I (EIP I). Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO).